Durante la conferencia "Aristóteles — 2.400 años", Sismanidis anunció que hay una fuerte evidencia de que esa sepultura pertenece al gran filósofo.
"Encontramos la tumba, el altar mencionado en las fuentes antiguas, y el sendero que conduce allí", dijo el investigador.
La tumba fue encontrada por primera vez en 1996, sin embargo, en aquel entonces no había ninguna confirmación de que perteneciese a Aristóteles sino solo especulaciones.