Sin embargo, su extracción se antoja imposible ya que estas piedras preciosas se encuentran a una profundidad de entre 150 y 300 kilómetros.
Según una investigación conjunta del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EE.UU.) y universidades de varios países, los diamantes fueron detectados en las secciones más profundas de los cratones, las masas continentales ubicadas en la litosfera, entre la corteza y el manto.
Una anomalía ha permitido dar con los diamantes
Una anomalía ha permitido a los científicos a toparse con este descubrimiento. Cuando los investigadores analizaban las ondas de sonido que ayudan a 'escanear' el interior de la Tierra observaron que estas ondas atraviesan los cratones al doble de velocidad de lo esperado. Y es que el sonido cambia de velocidad en función del tipo de roca que atraviesa.
Los académicos crearon simulaciones informáticas para explicar este fenómeno y han concluido que lo más factible es que las secciones más profundas de los cratones contengan unos porcentajes de diamantes de entre el 1 y el 2 %, lo que hace que el sonido los atraviese a mayor velocidad que a través de la roca estándar del cratón.