El neurocirujano Gu Youming, quien dirigió exitosamente la intervención de más de dos horas, explicó que en caso de no haber sido extirpado, el animal habría seguido comiendo masa cerebral, lo que podría haber dejado al hombre paralizado o, incluso, poner en peligro su vida.
"También teníamos que asegurarnos de eliminar la tenia entera. Si hubiera quedado alguna parte de ella en el cerebro, habría vuelto a crecer", citan al doctor Gu este 1 de noviembre medios chinos.
Caracoles
El médico detalló que Wang se contagió por comer sin cocinarlos lo suficiente caracoles u otra carne exótica.
Por su parte, el paciente recordó que en 2004 solía comer a menudo caracoles de río fritos con su jefe, que era un gran aficionado a ese plato. Un año después, comenzó a sentir náuseas, pinchazos en brazos y piernas e incluso convulsiones.
No fue hasta 2018 cuando a Wang le diagnosticaron finalmente la infección parasitaria. Al principio, optó por métodos de medicina tradicional para intentar eliminar la tenia, pero después de sufrir otro episodio de convulsiones decidió someterse a la cirugía.