Así se recoge en el primer estudio que asocia la proporción de muertes por coronavirus con los efectos de la polución atmosférica en el planeta.
Que la contaminación del aire tiene consecuencias para la salud no es ninguna novedad: accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón, neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma... Tampoco es nuevo que aumenta la mortalidad por coronavirus, como ha señalado algún que otro estudio en estos meses, aunque las cifras varían. Ahora una nueva investigación, publicada este martes en Cardiovascular Research, ha estimado la proporción de muertes por coronavirus que podrían atribuirse a los efectos exacerbados de la contaminación del aire para todos los países del planeta y atribuye a este factor alrededor del 15% de los fallecimientos en todo el mundo por Covid-19.
Los investigadores señalan que esos porcentajes son una aproximación de "la fracción de muertes por Covid-19 que podrían evitarse si la población estuviera expuesta a niveles de contaminación del aire más bajos" y no asociados con la quema de combustibles fósiles y otras emisiones de origen humano.
México reporta 895.326 casos y 89.171 muertes por la Covid-19
Los casos acumulados de la Covid-19 en México llegaron este lunes a 895.326 y las muertes a 89.171 con los 4.166 contagios y 247 defunciones reportadas durante las últimas 24 horas, informó la Secretaría de Salud del país.
En comparación con las cifras del balance del día anterior, los casos acumulados tuvieron un crecimiento porcentual del 0,46 % y las muertes del 0,28 %, señalaron las autoridades en una rueda de prensa.
Los autores señalan que no se trata de una relación directa causa-efecto, sino que la contaminación atmosférica agrava las patologías previas que pueden llevar a un desenlace fatal al infectarse de Covid.
"Cuando las personas inhalan aire contaminado, las partículas contaminantes muy pequeñas, las PM2,5, migran de los pulmones a la sangre y los vasos sanguíneos, causando inflamación y estrés oxidativo severo, que es un desequilibrio entre los radicales libres y los oxidantes en el cuerpo que normalmente reparan el daño a las células. Esto causa daño al revestimiento interno de las arterias, el endotelio, y conduce al estrechamiento y endurecimiento de las arterias. El virus SARS-CoV-2 también entra en el cuerpo a través de los pulmones, causando daños similares a los vasos sanguíneos, y ahora se considera una enfermedad endotelial", explica otro de los autores, el profesor Thomas Münzel del Centro Médico Universitario de la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (Alemania).
"Si se juntan tanto la exposición prolongada a la contaminación del aire como la infección por Covid-19, entonces tendremos un efecto adverso añadido sobre la salud, particularmente con respecto al corazón y los vasos sanguíneos, lo que conduce a una mayor vulnerabilidad y menor resistencia a la Covid. Si la persona ya tiene una enfermedad cardíaca, la contaminación del aire y la infección por coronavirus causarán problemas que pueden provocar ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca y derrames cerebrales", continúa Münzel.
En cuanto a trabajos anteriores que sugieren que las partículas finas pueden prolongar la vida atmosférica de los virus infecciosos y ayudarlos a infectar a más personas, Lelieveld aseguró que "es probable que las partículas en suspensión jueguen un papel en los 'eventos de superdifusión' favoreciendo la transmisión".
"Las partículas en suspensión parecen aumentar la actividad de un receptor en la superficie celular llamado ACE-2, que está involucrado en la forma en la que el SARS-CoV-2 infecta las células. Así que tenemos un 'doble impacto': la polución del aire daña los pulmones e incrementa la actividad de ACE-2, lo que lleva a una mayor absorción del virus por los pulmones y probablemente por los vasos sanguíneos y el corazón", añade Münzel.