En la Cueva de los Murciélagos, en el sur de España, hace casi 10.000 años, la gente enterraba a sus muertos con cestas increíblemente elaboradas que no avergonzarían a los mejores mercados de artesanías de la actualidad. Armados con elaboradas cestas hechas de la dura hierba local, los primeros en enterrar a sus seres queridos en la Cueva de los Murciélagos fueron cazadores-recolectores en el Mesolítico (al final de la Edad del Hielo).
Luego, esa actividad cesó durante unos 2.000 años, momento en el que apareció una nueva población en la cueva: los primeros agricultores del Neolítico, que enterraban a sus muertos con un tipo diferente de artículos tejidos, y también sandalias, utilizando la misma materia prima. En otras palabras, los artefactos tejidos y de madera fueron producidos en los períodos Mesolítico y Neolítico por diferentes poblaciones, y muestran una evolución de la técnica a lo largo del tiempo.
La rara colección de artefactos perecederos abarca desde hace más de 9.500 años hasta hace unos 6.200 años, dice el informe publicado el miércoles en la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia por un gran equipo de científicos, entre ellos Carmen Alfaro Giner, que ha informado ampliamente sobre Los hallazgos de la cueva (en español).
El equipo también identificó anillos unidos del Mesolítico que podrían haber pertenecido a un collar. Ésta no es una interpretación extraordinaria, dada la amplia evidencia de una inclinación prehistórica por el adorno. Todos los artefactos tejidos en la cueva de los murciélagos estaban hechos de esparto de hojas planas, que se utiliza hasta el día de hoy para hacer cordones, cestas y sombreros para el sol para los turistas.
Es una planta resistente, pero la razón por la que los artefactos sobrevivieron en la cueva es la misma que en el Mar Muerto: extrema aridez. Dentro de la cueva, que tiene unos 60 metros (195 pies) de profundidad, la humedad es casi nula. “La Cueva de los Murciélagos es uno de los yacimientos más conocidos del sur de Europa por su excepcional conservación de materiales orgánicos mediante desecación”, resume el equipo.
Algunos de los artículos mesolíticos presentan motivos geométricos creados con fibras teñidas.
Estas primeras cestas conocidas en Europa se fabricaron utilizando una sencilla técnica de entrelazado, que sería suplantada por técnicas más sofisticadas en la segunda fase de uso del sitio, el Neolítico.