El New York Times informó el jueves pasado, citando al Instituto Judío para la Seguridad Nacional de Estados Unidos, que Estados Unidos ha entregado más de 20.000 bombas no guiadas, aproximadamente 2.600 bombas guiadas y 3.000 misiles de ataque quirúrgico a los territorios palestinos ocupados desde que comenzó la guerra.
La guerra israelí comenzó con una operación de represalia de los grupos de resistencia de Gaza contra los territorios ocupados. En respuesta, Israel ha estado utilizando municiones suministradas por Estados Unidos contra numerosos objetivos civiles.
A principios de este mes, la radio militar israelí informó que la Fuerza Aérea israelí lanzó ocho bombas JDAM (Munición de Ataque Directo Conjunto) de fabricación estadounidense sobre el campo de refugiados de al-Mawasi en Khan Younis, al sur de Gaza, lo que provocó 390 víctimas palestinas, entre muertos y heridos. La guerra en curso ha cobrado más de 39.175 vidas palestinas, predominantemente mujeres y niños, y ha herido a otras 90.257.
En junio, The Washington Post reveló que Estados Unidos había proporcionado a Israel más de 6.500 millones de dólares en suministros militares desde que comenzó el conflicto.
Esta cifra supone un aumento significativo en comparación con la ayuda militar anual de Washington a Tel Aviv, que asciende a aproximadamente 3.300 millones de dólares.
Estados Unidos ha utilizado repetidamente su poder de veto para bloquear las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que piden un alto el fuego inmediato en el conflicto.
Este importante respaldo político y militar de Estados Unidos continúa a pesar de una orden de enero de la Corte Internacional de Justicia, el máximo tribunal de la ONU, que ordena a Israel tomar todas las medidas a su alcance para impedir el genocidio en Gaza.