Los investigadores han descubierto que los antioxidantes encontrados en Ecklonia cava, un alga comúnmente utilizada en la cocina asiática, podrían proteger a las neuronas del daño causado por los radicales libres, ayudando potencialmente a prevenir la enfermedad de Parkinson.
El Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que se caracteriza por síntomas como temblores, rigidez y dificultad de movimiento, que resultan de la muerte de las neuronas productoras de dopamina en el cerebro.
Aunque la enfermedad en sí no es mortal, puede provocar complicaciones graves que ponen en peligro la vida. Actualmente, no existe cura para el Parkinson.
Estudios previos han establecido una conexión entre los antioxidantes dietéticos y la prevención del Parkinson. Por ejemplo, se ha demostrado que el resveratrol, presente en las uvas rojas, las bayas y los cacahuetes, protege las neuronas productoras de dopamina en modelos animales de Parkinson.
Se ha descubierto que otros antioxidantes, como el ácido elágico, el ácido α-lipoico y el mirtenal, mejoran el aprendizaje, la memoria y la coordinación neuromuscular en modelos similares.
El ácido elágico está presente en diversas frutas y verduras, como las uvas y las granadas, mientras que el mirtenal se encuentra en plantas como el hisopo y la salvia. El ácido α-lipoico está presente en la carne roja, las espinacas y el brócoli. Además, varios estudios han sugerido que el té, que es rico en antioxidantes, también puede ayudar a prevenir el párkinson.
Los radicales libres, moléculas dañinas que produce el cuerpo en respuesta a factores ambientales como los rayos UV y la contaminación, pueden dañar las células.
Los antioxidantes actúan como protectores, neutralizando los radicales libres y previniendo el daño celular. Si bien el cuerpo produce algunos antioxidantes de forma natural, los alimentos ricos en estos compuestos, como la Ecklonia cava, pueden complementar las defensas del cuerpo.
En el último estudio realizado en Japón, los investigadores indujeron síntomas similares a los del Parkinson en ratones utilizando el pesticida rotenona, que mata las neuronas productoras de dopamina en el cerebro.
Luego alimentaron a algunos de los ratones con antioxidantes de Ecklonia cava y a otros con una dieta normal.
Los resultados mostraron que las neuronas de los ratones alimentados con antioxidantes estaban mejor protegidas y estos ratones presentaban menos síntomas de Parkinson en comparación con los que seguían una dieta normal. Investigaciones posteriores sobre células expuestas a rotenona demostraron que los antioxidantes de la Ecklonia cava reducían la producción de radicales libres y prevenían la muerte celular.
Estos hallazgos sugieren que los polifenoles de la Ecklonia cava (compuestos vegetales con propiedades antioxidantes) podrían ser útiles para desarrollar nuevos tratamientos para el párkinson.
Sin embargo, trasladar estos resultados de los modelos animales y celulares a los seres humanos sigue siendo un desafío. A pesar de los efectos protectores de los antioxidantes como la vitamina C en estos modelos, no se han observado beneficios similares en los seres humanos.
Esto se debe en parte a que los modelos animales no replican por completo las complejidades de la enfermedad de Parkinson humana y los modelos celulares carecen de la complejidad de las interacciones del cerebro.
Dadas las diferencias entre la fisiología humana y animal y la progresión a largo plazo del Parkinson en humanos, son necesarios ensayos clínicos sólidos para confirmar la eficacia de la Ecklonia cava para prevenir o retrasar la enfermedad.
Si bien la Ecklonia cava está disponible como suplemento alimenticio y, en general, su consumo es seguro, su eficacia para prevenir el Parkinson en humanos aún es incierta.
El ejercicio regular sigue siendo un método bien establecido para reducir el riesgo de Parkinson.