Un misil hutí aparentemente eludió los sistemas de detección avanzados de Israel el domingo por la mañana. A pesar de los sistemas avanzados, no fue hasta que el misil estuvo sobre el espacio aéreo israelí que finalmente fue derribado, lo que plantea interrogantes sobre posibles fallas en los sistemas de seguridad instalados.
Los hutíes no tienen una industria propia de misiles balísticos. Todo su arsenal procede de Irán. Lo que en Yemen se conoce como “Tufan” es, en esencia, el misil iraní Ghadir, un desarrollo del Shahab-3.
Durante 25 años, se ha desarrollado y mejorado el sistema Arrow para poder interceptarlo. Este misil tiene un alcance de unos 2.000 kilómetros, suficiente para cubrir la distancia entre Yemen e Israel.
El misil se transporta en camión desde su lugar de almacenamiento hasta el lugar de lanzamiento, donde se ensambla. El objetivo del misil está predeterminado y no puede alterar su trayectoria ni corregirla durante el vuelo.
A diferencia del Shahab, los preparativos para su lanzamiento, principalmente el llenado de la primera etapa con combustible, duran solo unos 30 minutos en lugar de varias horas. El misil se lanza verticalmente y sigue una trayectoria balística, es decir, se desplaza en forma de arco. Vuela a través de la atmósfera con el motor aún en marcha, lo que lo impulsa hacia adelante.
Durante el vuelo, la primera etapa se separa y la segunda etapa vuelve a salir de la atmósfera después de agotar su combustible, y continúa acelerando debido a la gravedad.
Máximo 15 minutos desde Yemen a Israel Desde el norte de Yemen, el misil tarda sólo entre 12 y 15 minutos en llegar al centro de Israel. Su peso antes del lanzamiento se estima en 15-17 toneladas, pero la ojiva pesa unos 650 kg, una carga explosiva importante que, combinada con su velocidad de impacto, puede causar graves daños a civiles y también a estructuras militares poco protegidas.
Existen etapas de detección para este tipo de misiles, que al parecer han dejado de funcionar esta mañana. Cuando el misil está preparado para su lanzamiento, se encuentra en una zona abierta, visible para los satélites de reconocimiento israelíes y estadounidenses, que se supone deben vigilar los posibles puntos de lanzamiento.
Cuando se lanza el misil, el intenso calor generado por su motor es detectado por la red de satélites de alerta de misiles estadounidense y la información se transmite a las FDI.
Se supone que varios sistemas de radar detectan y rastrean el misil cuando está en su trayectoria hacia Israel.
Entre ellos se encuentran el radar de la marina estadounidense e israelí en el Mar Rojo, el radar de banda X de largo alcance producido por Raytheon y ubicado en el Néguev, operado por tropas estadounidenses, y finalmente, el radar del sistema Arrow.
Todavía no está claro si el misil fue detectado a tiempo y por qué no fue interceptado por el sistema Arrow como estaba previsto.