Un equipo internacional de investigadores reveló que las tormentas eléctricas son más radioactivas de lo que se pensaba, puesto que se ha descubierto que la mitad de estos fenómenos meteorológicos producen frecuentemente rayos gamma de alta energía, informó este martes la Universidad de Duke (EE.UU.).
Los rayos gamma son una forma de radiación electromagnética asociada con fenómenos cósmicos violentos, como las explosiones de supernovas y agujeros negros.
En la Tierra, estas ondas energéticas se producen comúnmente por los estallidos nucleares y por la desintegración de algunos elementos radioactivos. En la década de 1990, los satélites de la NASA detectaron explosiones de rayos gamma en nuestro planeta. Los científicos lograron determinar que estos destellos de flujos energéticos estaban asociados con las tormentas eléctricas.
Sin embargo, la magnitud y la frecuencia de estos eventos permanecieron inciertos durante mucho tiempo. Resolviendo el misterio de los rayos gamma En dos artículos publicados en la revista Nature se reportó sobre el hallazgo de dos fenómenos significativos relacionados con los rayos gamma y las tormentas eléctricas.
En el primero se explicó que las emisiones de rayos gamma de larga duración se originan en estos fenómenos meteorológicos con frecuencia y en grandes escalas espaciales y temporales.
En el segundo artículo se detalló acerca de la identificación de un nuevo fenómeno denominado 'destellos de rayos gamma terrestres' (TGF, por sus siglas en inglés). Estos rayos gamma se caracterizan por su alta intensidad y corta duración (cientos de microsegundos).
¿Cómo se producen los rayos gamma?
Los especialistas explicaron que los enormes campos eléctricos dentro de las nubes de las tormentas, que pueden ser tan fuertes como 100 millones de baterías AA apiladas unas sobre otras, aceleran los electrones a altas velocidades. El choque entre estas partículas de alta energía con las moléculas de aire desencadena la aparición en cascada de reacciones nucleares, las cuales darán origen a los rayos gamma, así como antimateria y otras formas de radiación.
Un avión espía modificado
Los investigadores mencionaron que para detectar los rayos gamma en las tormentas eléctricas se tuvo que hacer uso de un avión espía U2 de la época de la Guerra Fría, el cual fue reacondicionado por la NASA para misiones científicas.
Asimismo, subrayaron que la aeronave sobrevoló directamente las tormentas eléctricas activas a una altitud de 20 kilómetros, más del doble de la altura a la que vuela un avión comercial.
Por otro lado, el científico Steve Cummer destacó que, a pesar de estos hallazgos, las personas no deberían preocuparse por la exposición de la radiación gamma de las tormentas eléctricas, ya que esta sería peligrosa en caso de que alguien estuviera muy cerca de la fuente.
"Incluso sabiendo lo que sabemos ahora, no me preocupa viajar en avión más de lo que me preocupaba antes", agregó.