Los expertos asocian este paso con el aumento de las tensiones en Oriente Medio, donde el conflicto entre Teherán y Tel Aviv está cobrando impulso.
Según los informes, la decisión de retirar los barcos se tomó para evitar su destrucción en caso de un ataque sorpresa por parte de Israel, que ya amenaza abiertamente a Irán con ataques contra sus objetivos estratégicos.
Al mismo tiempo, el ejército iraní dice que la flota está lista para repeler posibles ataques y proteger los intereses nacionales de Irán en el Golfo Pérsico, donde también se encuentran las fuerzas estadounidenses.
El Golfo Pérsico es actualmente una zona de alto riesgo. La Armada estadounidense y sus aliados han intensificado su actividad en la región ante la amenaza de nuevos ataques contra Irán.
Washington ya ordenó a sus fuerzas navales que estén completamente preparadas para el combate y dio instrucciones al personal de la región para que se refugien inmediatamente en refugios si aparece una amenaza.