Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Granada afirma que el desarrollo de la metalurgia del bronce, obtenido de la aleación de cobre y estaño, se produjo especialmente por los cambios en el brillo y color de los objetos, más parecidos a la plata, y no porque fuera más duro como se pensaba hasta ahora.
La investigación, de la que ha informado hoy la institución académica en un comunicado, revela que durante la Prehistoria no se empezó por tanto a utilizar el bronce en lugar del cobre por ser éste un material más duro, sino por una simple cuestión estética: brillaba más y era más parecido a la plata.
En un artículo científico publicado recientemente, un grupo de arqueólogos defienden una teoría que, según sus proponentes, resulta «muy novedosa», al determinar que la importante innovación tecnológica que supuso el desarrollo de la metalurgia del bronce se produjo únicamente porque este metal era visualmente más atractivo.
Los investigadores, del departamento de Prehistoria y Arqueología, han llegado a esta conclusión tras analizar el material hallado en el yacimiento arqueológico del Cerro de San Cristóbal de Ogíjares (Granada).
Este yacimiento pertenece a la Edad del Bronce (2200-1500 AC), y se enmarca dentro de la denominada Cultura de El Argar, que se extiende por todo el sureste de la Península Ibérica.
Se trata de un poblado de pequeñas dimensiones (0,6 hectáreas, aproximadamente) situado en plena Vega de Granada en un entorno especialmente propicio para el desarrollo de prácticas agrícolas, la principal base de subsistencia de estas poblaciones.
Pulseras y anillos
Los investigadores encontraron 14 enterramientos, donde pudieron identificar al menos a 17 individuos, todos ellos acompañados de ajuares funerarios, compuestos por varias vasijas cerámicas y objetos de metal, fundamentalmente puñales y adornos como pulseras y anillos.
Además, de entre estos objetos metálicos, llamó la atención un hallazgo excepcional, consistente en 83 clavos o tachuelas que, posiblemente, formaron parte de algún objeto realizado en material orgánico como el cuero o la madera, ya desaparecido, y que formarían parte de alguna prenda de vestir o de algún tipo de contenedor.
Precisamente, los investigadores estudiaron en profundidad la tecnología de manufactura de estos objetos metálicos, analizando su composición, metalografía y microdureza.
Sorprendentemente, descubrieron que la aleación de cobre y estaño (bronce) no mejoraba las propiedades funcionales de los objetos, como tradicionalmente se había sostenido.
Razones simbólicas
Según ha explicado Gonzalo Aranda, uno de los autores del trabajo, la dureza y resistencia de los objetos metálicos realizados en bronce fue, al contrario, equiparable a los previamente manufacturados sólo en cobre.
Los arqueólogos creen que el bronce empezó a emplearse por razones de índole simbólica e ideológica como, por ejemplo, la modificación del color de los objetos.
Aranda destaca la enorme importancia que tienen las excavaciones preventivas como el yacimiento arqueológico del Cerro de San Cristóbal de Ogíjares, que se llevó a cabo en los años 80, aunque el material hallado se ha analizado ahora.
«Estas excavaciones ofrecen muchísima información sobre las sociedades pasadas y suponen una magnífica oportunidad de colaboración entre las empresas de arqueología y los grupos de investigación de las universidades», ha señalado.