Cameron Barr, uno de de los descubridores, ha afirmado que "es como la  bañera de Dios" y que es un lugar "absolutamente precioso", con  un agua de tal transparencia que permite ver el fondo a 30 metros de  profundidad.

Los investigadores destacan que los cambios climáticos y la acción del hombre  han provocado cambios en las características del agua de prácticamente todos los  lagos del mundo, pero el llamado Lago Azul se ha convertido en un refugio  biológico inalterado durante milenios gracias a que sus aguas se renuevan cada  35 días por un acuífero y un pantano cercanos.

Barr y su equipo estudiaron las características del agua, del polen y de las  algas y también compararon el entorno a partir de imágenes tomadas durante las  últimos 117 años.

El lago se encuentra en la isla norte de Stradborke, en la  costa sur de Queensland.