Una súperbacteria variante de la enfermedad de transmisión sexual fue descubierta en Japón hace cuatro años y ahora se propagó por todo el mundo.
No sólo es resistente a la mayoría de los tratamientos, sino que está en constante evolución y los científicos indican que podría llegar a ser imposible de tratar.
Mientras tanto, los síntomas de la nueva cepa se han vuelto menos evidentes, haciendo que sea más difícil detectarla y, por lo tanto, más fácil de contagiarse.