¿Alguna vez te han preguntado si tu pareja y tú son hermanos? No es nada raro, pues mientras algunos escogen parejas que son totalmente opuestas, para llevar a cabo eso de "polos opuestos se atraen", algunos otros eligen a aquellas personas con las que se parecen más; hasta físicamente.
"La atracción entre personas parecidas en general tiene que ver con rasgos que ven en el espejo y les gustan, entonces los buscan en el otro", explicó la psicoanalista Ana Krieger, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) para notionline.com.
Es una reacción que responde al narcicismo, explica el doctor Ricardo Rubinstein, médico psicoanalista, miembro de APA quien, para notionline.com resaltó: "Hay personas que por una cuestión de imagen de sí, lo que buscan es algo parecido a sí mismos. Esto tiene que ver con el narcisismo, el amor con uno mismo".
Y es que, aunque no lo parezca, los humanos solemos tener miedo a lo desconocido: "Puede ser que la relación amorosa con el diferente sea algo que se tema o que de rechazo, porque lo que se ama es la extensión de uno mismo a través de la imagen. Algo parecido genera más
seguridad y tranquilidad que lo desconocido, y requiere menos esfuerzo por comprender al otro".
Se trata de una especie de apego familiar. Por ejemplo, si una mujer está fascinada con un hombre porque le recuerda, aunque ella ni lo sepa a su padre o hermano, es porque la persona tiene rasgos similares su propio rostro.
Así que buscar lo conocido es de lo más natural entre humanos, pues las condiciones eróticas que nos ponemos generalmente están relacionadas con nuestro amor infantil. Es decir, la condición erótica tiene que ver con algún rasgo de amor infantil por alguien que estuvo cerca, y
cuando aparece una persona que nos rememora esa situación en algún rasgo, como la boca, nariz, sonrisa, ojos o mirada, produce un hechizo imposible de evitar.
El Universal