El dispositivo usa dos células fotovoltaicas de polímero fino para acumular la luz del sol y transformarla en energía. Puede emplazarse en las ventanas de una casa, en el techo panorámico de un coche y hasta en la pantalla de un móvil.
Dos células fotovoltaicas, según los científicos, permiten capturar hasta un 80% de la luz infrarroja que atraviesa la película, frente al 40% en el caso de una célula única. También capturan una parte de la luz visible, entre otras razones, gracias a un polímero sensible a rayos infrarrojos.
Los investigadores ya disponen de un prototipo operativo pero no dicen cuándo la nueva tecnología podría introducirse en la práctica.