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Sábado, 28 Septiembre 2013 18:39

Un campesino chino fabrica un submarino en su garaje Destacado

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A lo largo de la historia, el submarino ha sido objeto de numerosos inventores aficionados, embelesados con la idea de conquistar las profundiades marinas o fluviales. Se cuenta que la primera inmersión se produjo en 1620, en el londinense río Támesis, a una profundidad de doce pies.

 

Aunque tradicionalmente se acepta la figura de Isaac Peral como el inventor del submarino moderno, existen multitud de antecentes históricos de vehículos subacuáticos. Por ejemplo, el de otro español, Jerónimo de Ayanz, que en el siglo de Oro fue capaz de concebir un submarino primitivo.

En el siglo XX, sobre todo a raíz de la carrera tecnológica impulsada por las guerras mundiales, los submarinos se han refinado tecnológicamente hasta el extremo, dejando atrás las historias de ciencia ficción.

Sin embargo, comprar un submarino no es algo que pueda permitirse cualquiera, y ante la falta de liquidez lo único a lo que puede aspirar alguien que desea viajar bajo el agua es a construirlo él mismo. Eso es, precisamente, lo que ha hecho el granjero chino Zhang Wuyi.

Un submarino en el garaje

Ciudadano del pueblo de Qingling, e interesado desde su infancia por la ciencia, Zhang Wuyi comenzó a construir el prototipo en un pequeño taller de su propiedad en el extraradio de la localidad de Wuham, un modesto garaje a donde también llegaban los amigos del granjero para echar una mano.

El submarino fue bautizado con el nombre de Shuguang Hao, y en parte por la limitaciones espaciales del taller donde fue fabricado pieza a pieza, el vehículo no es demasiado grande, aunque lo suficiente para que una persona pueda introducirse en el submarino y disfrutar de una aventura subacuática.

En ese sentido, apenas mide 3,6 metros de largo y 1,8 metros de altura. Además, como era previsible, también cuenta con limitaciones en lo que se refiere a su capacidad de inmersión: el submarino del bueno de Zhang no puede descender más allá de los 20 metros, por otra parte longitud suficiente para disfrutar de un viaje bajo el agua durante diez horas, la autonomía máxima que permite el vehículo. Puede alcanzar una velocidad de 10 nudos.

Testado con éxito

En contra de lo que pudiera parecer, el submarino funciona. El improvisado equipo de inventores chinos se llevó el prototipo al lago Moshui, y procedieron a realizar, con éxito, una prueba de seguridad.

Aunque la vocación del inventor, en principio, era la pura satisfacción de crear un submarino por sí mismo, una vez comprobada la fiabilidad del prototipo tomó la decisión de obtener algún tipo de rendimiento económico de su invento, fabricando en serie el artefacto y comercializándolo por un precio de 15.000 dólares.

Parece que el campesino chino pretende convertir su submarino casero en un artículo de lujo para personas con alto nivel adquisitivo que deseen tener un vehículo propio para hacer turismo bajo el agua. 

Los ejemplos de iniciativas amateur para fabricar submarinos han sido una constante a lo largo de la historia, en ocasiones con objetivos ilegales, como el denominado Big Foot, a finales de los 90, una especie de narco-submarino construído por los traficantes colombianos para transportar cocaína hasta Estados Unidos.

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