Frente a un virus dañino, el sistema inmune trabaja para generar células capaces de producir anticuerpos que se adapten perfectamente para unirse y desarmar al invasor hostil. Estas células B específicas proliferan, secretando los anticuerpos que lenta y eventualmente eliminan el virus y una población de estas células retiene la información necesaria para neutralizar el virus, instalándose en el pulmón para detener la infección secundaria por una reexposición al virus a través de la inhalación.
En la superficie de estas llamadas células B de memoria están los receptores de alta afinidad específicos de virus que se unen a las partículas de los virus para reducir la propagación viral. Aunque estas células deben servir como primera línea de defensa del cuerpo, resulta que el virus de la gripe explota la especificidad de los receptores de las células, utilizándolos para poder entrar, interrumpir la producción de anticuerpos y, en última instancia, destruir las células.
De esta manera, el virus es capaz de replicarse de manera eficiente para que el sistema inmunológico tenga que montar una segunda ola de la defensa. «Ahora podemos añadir una forma nueva a la creciente lista de maneras que tiene el virus de la gripe para establecer la infección», destaca uno de los investigadores del estudio, Joseph Ashour, científico postdoctoral en el laboratorio de Whitehead. «De esta forma, el virus gana un punto de apoyo y se dirige a las células de memoria en el pulmón, lo que le permite establecer la infección, incluso aunque el sistema inmunológico haya visto antes esta gripe», agrega Stephanie Dougan, también autora del estudio.
El descubrimiento de esta dinámica del virus no fue tarea fácil, en parte porque las células B se encuentran en cantidades extremadamente pequeñas y son muy difíciles de aislar. Para ello, los científicos usaron una tecnología de etiquetado de proteínas que une un marcador fluorescente al virus de la gripe, por lo que se pueden identificar las células B específicas de la gripe por su interacción con las micelas de la gripe fluorescentes.
Probablemente, el proceso infeccioso descubierto no es exclusivo de los virus de la gripe, según los autores. «Ahora podemos hacer modelos inmunológicos muy eficaces para una variedad de agentes patógenos -destacó Dougan-. Es realmente un modelo ideal para el estudio de las células inmunitarias de memoria». «Esta es una investigación que podría ayudar al diseño racional de vacunas más eficaces para la gripe estacional e, incluso, sugerir nuevas estrategias para conferir inmunidad», concluyó Ashour.