Llega un momento en la vida de muchos hombres donde se empieza a experimentar cierta fatiga, con sentimientos de apatía y enojo.
En Estados Unidos, un canal de deportes emite constantemente anuncios con hombres atractivos de pelo cano que se cansan jugando a baloncesto y se sienten irritables incluso cuando tienen una cita romántica con una hermosa mujer.
Estos anuncios están vendiendo una nueva enfermedad al público: los bajos niveles de testosterona o "Low T" (en inglés).
Pastilla, inyecciones y geles
El síndrome incluso cuenta con su propia página de internet, isitlowt.com, fundada por la compañía farmacéutica Abbvie, donde se invita a hombres a completar un cuestionario donde se les pregunta cosas como "¿Estás triste o gruñón? ¿Estás falto de energía? ¿Te quedas dormido después de cenar?
Estos síntomas se podrían aplicar a cualquier hombre de mediana edad, pero si los visitantes de la página contestan "sí" muchas veces, se les invita a mantener una conversación con uno de sus médicos.
En Estados Unidos, donde se permite la publicidad para la venta directa de medicamentos, se promueven este tipo de suplementos de testosterona, que pueden adquirirse en pastillas, inyecciones o geles.
Lo cierto es que no se sabe si es porque existe una epidemia de baja testosterona entre hombres maduros, o es porque el mensaje de las farmacéuticas está teniendo un impacto, pero el consumo de este producto va en aumento.
Aumento de recetas
En Estados Unidos la cantidad de recetas de testosterona se triplicaron desde 2001, y un 3% de los hombres de más de 40 años toman estos suplementos, lo que supone que un total de 1,7 millones de hombres los toman en ese país.
En Reino Unido, este tipo de prescripciones se duplicaron en el mismo periodo, y el mercado global de estas drogas hormonales aumentó hasta el punto de que hoy es una industria valorada en US$1.800 millones de dólares.
"¿Realmente hay un problema que necesita ser tratado?", plantea la doctora Lisa Schwartz del Dartmouth College.
El interrogante también llegó a los programas de humor de la televisión estadounidense.
El cómico Stephen Colbert definió en uno de sus programas a la Low Tcomo "una condición reconocida por compañías farmacológicas que afecta a millones de hombres con baja testosterona, antes conocidos como hombres que se hacen mayores".
Descontrol de prescripciones
La comunidad médica está de acuerdo en que una pequeña proporción de hombres, cerca del 0,5%, necesita terapia de testosterona.
Esto incluye a hombres con enfermedades genéticas cuya producción de testosterona se ha visto afectada por la quimioterapia.
Fue para este tipo de casos que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó la venta de estas drogas.
Pero estos no son los únicos hombres con baja testosterona, y se cree que el rápido aumento de este tipo de recetas, especialmente en forma de gel, está orientado a un grupo de hombres que no cumplen estas condiciones consideradas por la FDA.
Publicidad engañosa
"Crear conciencia sobre una enfermedad se está convirtiendo en la forma de publicidad favorita de las compañías farmacéuticas. No se mencionan marcas en estos anuncios, pero algunas veces adoptan los mismos colores de productos disponibles comercialmente", escribe Lisa Schwartz.
"Para las compañías farmacéuticas éstos tienen grandes beneficios. Pueden situarlos donde no se permite la publicidad directa, como en Canadá y Sudamérica. No necesitan mencionar ningún efecto secundario por tomar estos medicamentos. Y el público los ve como una forma de vender menos agresiva que la publicidad de un producto comercial".
"Pero pueden ser muy confusos. Es poco claro si se trata de mensajes emitidos por el gobierno o si se trata de anuncios. Hay una línea borrosa".
"Las campañas para concienciar sobre una enfermedad sirven al público. Pero no cuando exageran el peligro de una enfermedad o el beneficio de un tratamiento", opina la doctora.
Promesas falsas
Schwartz afirma que hay pocas evidencias científicas de que estos medicamentos puedan solucionar la vida de los hombres de la forma en que prometen los avisos publicitarios.
"Todos estos medicamentos de testosterona fueron aprobados basándose en el hecho de que aumentan los niveles de testosterona, no basándose en que hacen que la vida de alguien sea mejor".
Parte del atractivo de estos medicamentos es que se cree que pueden solucionar rápidamente problemas complejos y comunes en la vida, cree Schwartz.
Pone como ejemplo a un paciente que acudió a ella durante su tratamiento de testosterona "pero tenía estos síntomas de aumento y descenso y yo estaba convencida de que no tenía nada que ver con esto".
Así que retiró la medicación al paciente y le diagnosticaron depresión. "Realmente se benefició de la terapia", cuenta.
¿Por qué bajan los niveles de testosterona?
Los niveles de testosterona de un hombre tienden a decaer lentamente después de cumplir los 40, y pueden fluctuar de un día para otro.
"En cualquier momento de la vida, tu testosterona cae si estás enfermo por algún motivo", explica por su parte el Dr. Richard Quinton, un endocrinólogo de la Royal Victoria Infirmary en Newcastle, en Reino Unido.
"Y quiero decir por cualquier razón. Si estás despierto toda la noche al día siguiente tu testosterona será muy baja. Si comes abundantemente, esto puede afectar tus niveles de testosterona. Cualquier tipo de enfermedad puede bajar tus niveles".
Quinton es uno de los especialistas que creen que los bajos niveles de testosterona (cuyo término médico es "hipogonadismo") no es razón para prescribir medicamentos o geles, en ausencia de otros problemas físicos o diagnosis clínica.
Testimonios positivos
Por su parte, Abbvie defiende el modo en que publicita la medicación, y asegura que las campañas de concienciación por baja testosterona fueron diseñadas para "educar a los hombres sobre el hipogonadismos e incentivar el dialogo con el médico".
Muchos médicos están más que dispuestos a recetar estos medicamentos. Mientras otros, a pesar de ser bastante escépticos sobre el modo en que se prescribe testosterona, no comparten las dudas de Schwartz sobre su habilidad para hacer que los hombres se sientan mejor, y ofrecen testimonios positivos de sus pacientes.
Bill, un profesor de escuela retirado de Florida, que pidió que no mencionáramos su apellido, siempre ha sido un hombre saludable, conocido por sus amigos por su carácter siempre activo.
"La gente siempre me dice. ¿Nunca paras? Tu cuerpo siempre está en movimiento".
Pero cuando cumplió los 60 notó que sus niveles de energía caían dramáticamente.
"Mi cuerpo estaba como si hubiera corrido una maratón", recuerda. Su deseo sexual y sentimientos románticos desaparecieron, incluso el deseo de besar o de tomarse de la mano.
Tenía una compañera en aquel entonces, y el cambio de humor de Bill afectó a su vida sexual, por lo que fue al médico, quien le recetó un gel de testosterona que se aplicó en los hombros.
Bill asegura que el tratamiento de testosterona le devolvió a la vida.
Calidad de vida
"Los niveles de testosterona afectan a la calidad de vida, esto es muy claro", cuenta Hugh Jones, profesor de Andrología de la Universidad de Sheffield.
"Si hablas a los pacientes que tengo en tratamientos de testosterona están teniendo más actividad. Ha sucedido varias veces que la gente a la que le gustaba bailar, no podía hacerlo, y ahora pueden volver a bailar".
Jones ha trabajado en una serie de estudios, financiados por compañías farmacéuticas, que examinan cómo la testosterona podría disminuir la mortalidad en hombres.
Él fue uno de los autores del estudio publicado el pasado año que demostró que los hombres con diabetes tipo 2 sufrían un nivel de mortalidad más alto si sus niveles de testosterona eran bajos, y que el riesgo de mortalidad caía cuando los hombres recibían tratamientos de testosterona.
"Aunque fue un estudio retrospectivo, es uno de los dos estudios que demostraron que devolver los niveles de testosterona aumenta la supervivencia", afirma, aunque añade que el tratamiento no beneficia a todos los hombres.
El "desastre" de los tratamientos femeninos
"Creo que Hugh Jones ha realizado unos estudios fantásticos", dice Quinton, "sin embargo, necesita hacer estudios mayores".
Quinton está preocupado de que los médicos estén repitiendo el "desastre" de la terapia de sustitución hormonal en mujeres.
Varios estudios demostraron aspectos positivos de este tipo de tratamientos en mujeres tras la menopausia, prometiendo un mayor deseo sexual, menores niveles de colesterol y un menor riesgo de sufrir enfermedades vasculares, por lo que fueron ampliamente promovidos por los médicos.
Pero posteriormente una prueba de control descubrió que estos tratamientos aumentan el riesgo de contraer cáncer de pecho, ataques al corazón e infartos cerebrales.
"Pasó de ser enormemente incitada "toma esto, es bueno para ti"", a "es veneno, produce cáncer de pecho. ¡Para!", recuerda Quinton.
"Es una regla que estos tratamientos con hormonas funcionan muy bien si los usas en personas que carecen de ellas. Pero empezar a tratar a gente con otros problemas que generalmente no tienen produce efectos secundarios".
Infartos cerebrales y ataques al corazón
Y puede que algunos de estos efectos secundarios estén empezando a aparecer ahora.
Un estudio publicado en noviembre en elJournal of the American Association, revisó el historial médico de 8.700 veteranos de guerra, donde muchos de los cuales sufrían problemas del corazón y bajos niveles de testosterona.
Los hombres en este grupo que habían recibido tratamientos de testosterona corrían un riesgo un 30% mayor de sufrir un infarto cerebral o un ataque al corazón.
Un segundo estudio, publicado en enero por la revista PLOS One, revisó los historiales médicos de 55.000 hombres que recibieron tratamientos de testosterona, hallando que los hombres mayores de 65 años que la tomaban tenían el doble de posibilidades de sufrir un ataque al corazón 90 días después de ser recetados con hormonas.
"Un nivel alto de testosterona puede hacer que tus niveles de células rojas aumenten, que es la razón por la que abusan de ellas los atletas, porque aumenta su capacidad para transportar oxígeno", dice Quinton.
"Sin embargo, también hace que la sangre sea más pegajosa, más viscosa, por lo que podría predisponer a alguien a sufrir un ataque al corazón o infarto cerebral".
Se necesitan más pruebas con "urgencia"
Pero los estudios que critican también han sido criticados, por ejemplo, porque a un cuarto de los hombres estudiados en el estudio del pasado año en Estados Unidos no se le evaluó el nivel de testosterona antes de que se les prescribiera la droga.
Tampoco se sabe si a los hombres estudiados se les había diagnosticado adecuadamente en primer lugar.
Pero una prueba de control llevada a cabo en 2010 fue detenida antes de tiempo cuando aquellos en tratamiento de testosterona empezaron a sufrir un aumento en problemas cardiovasculares.
Un artículo de opinión publicado en la revista TheLancet Diabetes & Endocrinology alertaba de la urgencia de mayores pruebas sobre estos tratamientos de testosterona.
Denuncias
En enero la FDA emitió un anuncio de seguridad reiterando que los medicamentos de testosterona deberían recetarse sólo a hombres con baja testosterona asociada a un problema médico, por ejemplo, alguna que afecte a la capacidad de los testículos de generar esta hormona.
Una gran cantidad de hombres han iniciado procesos legales contra Abbvie, alegando que la compañía no les advirtió de los riesgos asociados a estos medicamentos.
Para Hugh Jones, la terapia con testosterona no es riesgosa mientras los médicos hagan un diagnóstico correcto y controlen el tratamiento.
"Si seleccionas al paciente adecuado y lo tratas adecuadamente de acuerdo a esta diagnosis, puedes cambiarle la vida", asegura.
Aunque no hay evidencias concluyentes de que estos medicamentos sean dañinos, Quintos concluye que "la testosterona no es el elixir de la vida. Es un gran tratamiento para hombres con deficiencia de testosterona pero no es un medicamento que extienda la a vida a aquellos que no tienen una deficiencia".
BBC