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Miércoles, 11 Junio 2014 15:15

La araña que lleva cinturón de castidad Destacado

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MELANIE WITTHUHN El «cinturón de castidad», señalado en la araña con un cuadrado rojo

Los cinturones de castidad no se inventaron en la época medieval. Muchos grupos de animales han creado garantías mecánicas similares para mantener a las hembras a buen recaudo y asegurarse de que sus hijos son efectivamente suyos y no los de algún advenedizo «donjuan».

Es el caso de la araña enana europea. Tras el apareamiento, el macho utiliza una especie de tapón para bloquear el tracto genital de la hembra. Cuanto más grande sea y más tiempo lleve colocado ese tapón, su eficacia aumenta, de forma que los otros machos tendrán menos posibilidades de depositar su esperma en la hembra, según explican investigadores del Instituto y Museo Zoológico en Greifswald, Alemania.

El estudio, publicado en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology, se basa en investigaciones previas que mostraban que los machos de esta araña enana (Oedothorax retusus) insertaban tapones en los dos conductos de copulación de las hembras con las que se había apareado.

Los investigadores alemanes llevaron estas conclusiones un paso más allá para estudiar qué tal funcionaban esos cinturones de castidad naturales. De esta forma, descubrieron que el material con el que están hechos los tapones se transfiere en estado líquido desde el macho a la hembra y que necesita endurecerse un cierto grado antes de que pueda resistir la penetración de un macho rival.

Un tapón eficaz

El equipo hizo que un grupo de arañas se aparearan en laboratorio. Las hembras recibieron tapones de diferentes tamaños en una primera ronda de la cópula. Tiempo después, fueron examinadas bajo un microscopio electrónico de barrido.

En general, los científicos se encontraron con que los tapones pequeños eran menos eficaces que los grandes, lo que sugiere que pueden ser removidos o retirados por un nuevo amante que quiere aparearse con más facilidad. El tiempo también jugaba un papel importante, ya que si el material no se endurece suficientemente, tampoco resulta eficaz. Debe pasar al menos un día para que el «cinturón» proteja correctamente la «honestidad» de la hembra.

Sin embargo, incluso si los nuevos amantes son capaces de aparearse, al menos parte de su esperma permanece fuera del tracto genital femenino, lo que confirma la eficacia del tapón. En consecuencia, si un macho tiene éxito en tapar los dos orificios copuladores de la hembra, se espera que su éxito de paternidad vaya a ser muy alto.

«El tapón de apareamiento en la araña enana funciona claramente como un obstáculo mecánico para competir con otros machos», dice Katrin Kunz, responsable de la investigación. «Son una poderosa salvaguardia mecánica cuya eficacia varía según su tamaño y el tiempo».

 

ABC

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