1 Del tipazo de los 18 años a la barriga «cervecera» de los 40
Todos envejecemos, es un proceso progresivo e imparable. Pero cada persona sigue su propio ritmo e, incluso, en un mismo individuo cada órgano envejece a un ritmo distinto. «No es lo mismo el envejecimiento de la piel que del corazón. Es un proceso fisiológico, no una enfermedad, que depende de muchos factores», como explica el doctor José María Galán, cirujano plástico de Clínica Londres (Grupo Sanitas).
Los factores que puede ralentizar o acelerar el proceso de envejecimiento son muy variados. La genética influye, sufrir ciertas patologías también e incluso el tipo de piel que cada uno posea. «No es lo mismo una tez blanca y nórdica que la piel latina. Las pieles blancas tienden a envejecer antes que las pieles morenas. Las arrugas aparecen más tarde en un africano que un nórdico», asegura el doctor Galán.
También existen factores ambientales que tienen mucho que ver en este proceso en el que el cuerpo se va marchitando: la exposición al sol envejece, por ejemplo, como el estrés. Sin embargo, hacer ejercicio libera endorfinas que protegen del declive, y una dieta sana y equilibrada ayuda a conservar un mejor aspecto.
El doctor Galán tiene una receta para prevenir o retrasar el proceso de envejecimiento, o por lo menos, para llevarlo con más energía: la prevención. Estas son sus recomendaciones: protegerse del sol incluso en invierno: con cremas, ropa, gafas... Hidratarse durante el día, y especialmente después de hacer ejercicio. Mantener una dieta equilibrada y sana: rica en fibra, frutas, verduras, ácidos grasos insaturados.... Siempre bajo supervisión de un médico, quizá sea necesario un complemento de calcio a partir de los cincuenta, cuando se produce una disminución de calcio y fósforo. Existen cremas hidratantes que contienen vitamina E (un antioxidante), colágeno o elastina que pueden ralentizar el proceso de envejecimiento. Reducir el consumo de alcohol y tabaco. Controlar enfermedades que ya se padezcan. Y realizar ejercicio de forma regular.
Envejecen los órganos internos y los externos, como la piel. Con los años la forma del cuerpo también cambia porque disminuye el tejido muscular y aumenta la grasa. Así se transforma nuestro cuerpo a medida que van pasando los años, según explica el doctor Galán:
2 Hasta los 20 años
Todo es progresión, no hay un solo signo de envejecimiento hasta los veinte años.
3 De los veinte a los treinta
El cuerpo se encuentra en una situación de estabilidad. «No suceden modificaciones, no hay crecimiento ni envejecimiento», explica el doctor Galán. No obstante, según diversos factores pueden aparecer algunos signos que revelan cierto deterioro o que no se lleva un estilo de vida muy adecuado. Por ejemplo, en esta década las ojeras desvelan la influencia de factores ambientales perjudiciales: estrés, pocas horas de sueño, salidas nocturnas, variaciones en la dieta... dan lugar a la aparición de estas manchas debajo de los ojos.
También se puede dar la hipertrofia grasa, el llamado michelín, a causa de una dieta poco equilibrada y una vida más bien sedentaria.
4 A partir de los treinta
Hombres y mujeres ya tienen que empezar a cuidarse. Aunque el envejecimiento no despierta a una edad determinada y concreta, sino que es un proceso que sigue su ritmo según cada individuo, a partir de los treinta años empiezan a aparecer ciertas señales que indican que el cuerpo esta sufriendo cierto desgaste. En la década siguientes todos estos signos se acentuarán:
1. La piel es el órgano donde más se puede notar los primeros cambios entre los 30 y 40 años. La piel adelgaza con la edad porque el número de células de la piel disminuye y, por tanto, se hace más fina y empieza a mostrar cierta flacidez. A medida que el tiempo pasa, surgen arrugas por la pérdida de colágeno. También pierde elasticidad y resistencia lo que puede dar lugar a la aparición de arañas vasculares y que haya más tendencia a que perduren los hematomas. Las alteraciones pigmentarias favorecen la aparición de manchas,las heridas persisten y tardan más tiempo en cicatrizar. A más edad, la piel produce menos sudor y grasa, por tanto se va secando.
2. Rostro: A partir de los 35 años, según el nivel de estrés y factores genéticos, pueden surgir bolsas debajo de los ojos. También las primeras arrugas en los entrecejos y alrededor de los ojos(músculo periorbicular). Comienza a formarse de manera más pronunciada el surco nasogeniano (línea vertical desde los extremos de la nariz hasta ambos lados de la boca) por la distensión de los ligamentos del pómulo.
3. El cuerpo fabrica menos melanina por lo que pueden aparecer lasprimeras canas, dependiendo de la genética y factores ambientales como el estrés.
4. Los cambios hormonales en la mujer producen un ensanchamiento de la cadera, que conlleva también cambios en la piel y grasa que recubre este hueso. Con los embarazos la cadera tiende a dilatarse por la sobreproducción de estrógenos y porque debe dejar espacio al bebé.
5. La grasa tiende a aumentar y los músculos a atrofiarse. En el hombre se suele acumular en los flancos, dando lugar a las conocidas lorzas, y en la papada. En la mujer, la grasa se va depositando en la rodilla, debajo del estómago y en las caderas.
5 Lo que cambia en la cuarentena
Los signos que habían comenzado a despuntar en la década anterior se hacen más visibles y profundos:
1. La grasa sigue acumulándose dando lugar a la típica barriga «cervecera» y a las «cartucheras», que se depositan a ambos lados de la cadera y se pueden extender hacia los muslos.
2. Durante estos años la mayor parte de las mujeres sufren la menopausia. Se ensancha la cadera y también la piel y la grasa que la recubre.
3. Se produce una distensión de las mamas. Tras la menopausia, los niveles de estrógenos disminuyen y se pierde grasa, reduciéndose así el tamaño de los pechos, que van perdiendo firmeza y descolgándose. Esto también ocurre tras los embarazos y tras el pecho a un hijo.
4. Las arrugas, surcos, manchas... en el rostro comienzan a hacerse más profundas y visibles.
6 La madurez de los cincuenta
Al proceso que ya se ha iniciado a los treinta y se va desarrollando durante los 40 hay que añadir:
1. Las uñas de las manos crecen más lentamente, son mas frágiles y palidecen. Las de los pies empiezan a coger un color amarillento y se hacen más gruesas.
2. Aparece el conocido código de barras en el labio superior: a partir de los cincuenta el músculo orbicular, alrededor de la boca, adelgaza, pierde tono y eso repercute en la piel apareciendo las arrugas en el labio superior. Surgen también las conocidas arrugas de marioneta, desde la comisura de los labios al mentón.
3. Continúa el incremento de peso. En la mujer perdurará hasta los 65 y en el hombre hasta los 60. A partir de esas edades se producirá una disminución del peso corporal.
7 A los sesenta comienza una nueva etapa
1. Se produce un descolgamiento generalizado: la cola de las cejas, la papada, las bolsas de los ojos...
2. Se pierde masa muscular, grasa y energía, por eso se siente más frío.
ABC