El susodicho misil fue lanzado en 1946, apenas un año después de que el Führer se suicidara en el Búnker de la Cancillería. La prueba tuvo lugar en la base de White Sands (Nuevo México). Ésta consistió en equipar a la bomba volante V-2 con una cámara para ver algo sin precedentes: las primeras imágenes de nuestro planeta desde el espacio.
Las imágenes
Concretamente, las fotografías fueron tomadas a una altura de 65 kilómetros mediante una cámara de 35 milímetros después de que el cohete volara hasta el espacio. Un uso para el que ya se habían ideado varias armas durante el Tercer Reich (entre las que destacaba el Bombardero Suborbital Sänger-Bredt, el cual fue diseñado para viajar hasta el espacio y bombardear desde allí Estados Unidos).
El resultado fue, en su momento, sobrecogedor. Aunque eso sí, las instantáneas no eran en color, sino en blanco y negro y granuladas. Además, fue imposible monitorizar el proceso desde la Tierra, por lo que hubo que esperar hasta que el cohete impactó de nuevo contra el suelo a gran velocidad para hacerse con la película. En su momento no se destruyó por estar recubierta de una carcasa de acero.
Fred Rulli, un soldado raso de 19 años de edad, asignado al equipo destinado a recuperar la película tras la vuelta del cohete, recuerda que los científicos «se quedaron sorprendidos y saltaban como niños» cuando vieron que la carcasa estaba intacta». «La primera vez que proyectaron las fotos en la pantalla, los científicos sólo se volvieron locos», informa, por su parte, el Smithsonian Air & Space.
Estas viejas fotografías supusieron un gran avance para la época. Y es que, antes de 1946 las imágenes a mayor altitud jamás tomadas de la superficie de la Tierra eran las del globo Explorer II, que había ascendido a 20 kilómetros en 1935, lo suficientemente alto como para discernir la curvatura de la Tierra. Las cámaras en las V-2 mostraron claramente el planeta frente a la negrura del espacio.
V-2
Ideada como una evolución de la «Vergeltungswaffe 1» (V-1), el primer misil guiado durante la Segunda Guerra Mundial, la V-2 se caracterizó por su alto coste a la hora de ser disparada. Con todo, a partir de 1944 se usaron miles sobre Gran Bretaña y Europa. Al final de la guerra se habían lanzado casi 3.000 de estas bombas causando decenas de miles de muertos.
Tras la contienda, los aliados contaron por cientos las V-2 requisadas a los nazis, por lo que pudieron hacer uso de ellas para múltiples pruebas armamentísticas y científicas.