El módulo Philae comenzará esta tarde a taladrar la superficie del cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko, sobre el cual se encuentra posado desde el pasado miércoles. Así lo ha confirmado este viernes a ABC Guillermo Muñoz Caro, científico titular del Centro de Astrobiología del INTA y participante en la misión Rosetta, que asegura que espera tener los primeros resultados del análisis de las muestras obtenidas a las 20,00 horas.
Muñoz Caro, que en concreto interviene en uno de los instrumentos de análisis de la misión, llamado Cosac (Cometary Sampling and Composition), admite que se trata de un intento in extremis por aprovechar la poca energía que le puede quedar al «lander». Aunque no se sabe con certeza, en la posición en que aterrizó, Philae recibe «poco más de una hora de luz solar», frente a las seis estimadas para el emplazamiento previsto en un principio, por lo que la batería que le permite funcionar no se puede recargar como los científicos esperaban, señala el investigador.
«No queda otra», afirma Guillermo Muñoz. Según explica, se ha celebrado una reunión entre los jefes de la misión sobre cómo continuar ante la poca energía disponible al estar en esa zona más oscura de lo deseable. «El tiempo de vida se le ha acortado al lander», indica, ya que este mismo viernes se podría quedar sin energía, «salvo que al acercarse al sol recibiera mas iluminación».
En la actualidad, Philae está en una posición «estable» sobre el cometa, pero no está «anclado», ya que no funcionaron los arpones que se deberían haber activado. Hasta ahora no se había podido utilizar el taladro por temor a que el módulo saliera despedido.
Ahora, tras decidirse comenzar a taladrar, podría cambiar su posición, lo que podría dejarlo en una más favorable, pero también en una peor, admite el científico español.
Muestras de su composición
El objetivo de taladrar el suelo del cometa es obtener muestras para analizar su composición y poder detectar aminoácidos y otras moléculas interesantes para la química prebiótica, es decir, para el inicio de la vida. En definitiva, se trata de encontrar nuevos datos sobre cómo se puede crear vida a partir de materia inanimada.
Hasta el momento, puesto que aún no se había podido perforar, se ha realizado el análisis del gas de la superficie. «Hemos hecho cinco medidas del gas que se está desprendiendo del cometa y hemos detectado una serie de moléculas», asegura. Aunque «solo es un análisis preliminar» y se está trabajando en su interpretación, Guillermo Muñoz asegura que «hay mucha agua, lo cual es normal para un cometa, así como monóxido de carbono, dióxido de carbono y otras moleculas más complejas» de las que todavía no los científicos no tienen «una identificación definitiva».