El fraude consistía en mostrar un mensaje de error cuando un usuario se descargaba canciones de un servicio rival y trataba de sincronizarlas en la biblioteca de iTunes. Después se le pedía restaurar la configuración y cuando se actualizaba, la música descargada que no era del propio servicio de Apple había desaparecido. "Ustedes decidieron ofrecerles la peor experiencia posible y desparecer", diijo a los jueces Patrick Coughlin, uno de los usuarios afectados.
Para los demandantes del caso, esta estrategia muestra cómo Apple intentaba deshacerse de la competencia en el sector de reproductores de música y descargas. Ahora la empresa de la manzana se enfrenta a una indemnización por daños de más de 300 millones de euros -de aquel momento- por haber forzado a sus clientes a pagar más por los iPod. En la actualidad, el resarcimiento podría triplicarse bajo las nuevas leyes antimonopolio, tal y como cuenta The Wall Street Journal.
Por seguridad ante los hackers
Apple se defiende de las acusaciones de manipulación alegando que se trataba de medidas de seguridad legítimas, donde se escogía no informar al cliente para que la experiencia con el reproductor de música no fuera más complicada. Según el subdirector de seguridad de Apple, Augustin Farrugia, su compañía no ofrecía explicaciones más detalladas "porque no necesitamos dar a los usuarios demasiada información para no confundirlos".
En este sentido, Farrugia contó al jurado que hackers con nombres como DVD Jon y Requiem, provocaron la paranoia de Apple y la consecuente sobreprotección de iTunes. Señala, además, que las actualizaciones que eliminaban canciones piratas tenían como objetivo resguardar a los consumidores de posibles robos de datos.
El fallecido Steve Jobs, cofundador de Apple, era consciente de estas medidas, tal y como se deduce de varios documentos que han salido a la luz con motivo de la demanda. "Algo está fallando en nuestra casa", advertía Jobs sobre las descargas de música en un correo electrónico que el Jefe de Software, Eddy Cue, ha aportado como prueba. Cue y Phil Schiller, el jefe de marketing de Apple, son los próximos empleados en testificar en un juicio en el que se con total probabilidad se destapen varias grabaciones de voz de Steve Jobs realizadas en 2011.
El Confidencial