En este singular escrito, el pariente del militar cuenta al monarca los detalles de la conquista de Perú y los «tesoros» que allí encuentran. Un documento histórico, único en el mundo (pues no hay más copias), y que se encuentra fuera de nuestro país por despiste o inoperancia de sus antiguos propietarios.
La «Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú», fechada en 1571, es una de las crónicas sobre el Nuevo Mundo más valiosas que se conocen. No obstante, como advierte Pizarro a su destinatario, es de los primeros escritos redactados sobre el terreno y no de oídas por alguien afincado en España, una costumbre muy extendida en la época.
El contenido de la crónica cuenta los hechos con detenimiento, atribuyendo méritos, responsabilidades y también culpas entre los conquistadores. «En Tierra Firme, en la ciudad de Panamá, hubo tres compañeros que fueron conquistadores y pobladores en aquella tierra: don Francisco Pizarro, don Diego de Almagro y el Padre Luque, los cuales tenían compañía en las haciendas e indios encomendados», cuenta en el primer capítulo de este singular libro.
Ejemplar único
A continuación de este párrafo, Pedro Pizarro realiza una primera descripción de estos personajes claves en la conquista del continente americano: «El mayor y más principal de ellos era don Francisco Pizarro (su primo), que siempre le hacían capitán en la conquista de Tierra Firme los gobernadores de ella. El don Diego de Almagro era muy buen soldado y tan gran peón, que por los montes muy espesos seguía un indio solo por el rastro, y aunque le llevase una legua de ventaja, lo tomaba».
La creencia general decía que había dos ejemplares manuscritos de esta crónica, y que uno estaba en la Biblioteca Huntington de San Mariano (California) y otro en la Biblioteca Nacional. De hecho, se pensó también que este segundo ejemplar salió de España durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera y que se había perdido definitivamente.
Sin embargo, en un viaje realizado por el reportero Miquel Silvestre a la Biblioteca Huntington de California, se supo que solamente existe una copia original del manuscrito de Pedro Pizarro. El motorista conoció de mano de los responsables de la Biblioteca que el ejemplar que se creía desaparecido tras la dictadura era el que ellos tenían en sus fondos.
No fue Primo de Rivera
Esta es la razón por la que «Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú» tiene tanto valor. Porque es un documento único, y porque no se sabe exactamente cómo y cuándo salió de España. Tradicionalmente se ha pensado que la dictadura de Miguel Primo de Rivera la vendió furtivamente para conseguir fondos, y así se lo aseguraron a Silvestre en la Biblioteca Huntington.
Sin embargo, por lo que ha podido saber ABC, la carta no salió de España -y de la Biblioteca Nacional, su antigua propietaria- durante la dictadura. La crónica de Pedro Pizarro se «cayó» de los recuentos de la Biblioteca mucho antes. La «Relación del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú» tuvo como matrícula (como signatura topográfica) la abreviatura «J.40». Una signatura que sí aparece en el recuento de manuscritos realizado por la BNE en 1830.
En un censo posterior, correspondiente año 1868, se advierte por primera vez la ausencia de este documento. Nunca más se supo del manuscrito señalado con la abreviatura «J.40», perteneciente a la crónica de Pedro Pizarro. Un hecho que se confirma en los censos realizados en 1871, 1875 y 1889.
A la vista de estos inventarios, desde la Biblioteca Nacional tienen claro que «el manuscrito nunca llegó a la sede del Paseo de Recoletos». Y que, por tanto, no se encontraba en sus fondos durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera.
Pedro «El largo»
La historia de este cronista, cuya obra permanece en California, comenzó a finales de 1528. Francisco Pizarro acaba de regresar de América y, mientras esperaba a que el Consejo de Indias le preparase un documento, se detuvo a hablar con gente de la ciudad. Cuenta Carmen Martín Rubio -autora de «Francisco Pizarro. El hombre desconocido», libro que salió publicado el pasado otoño- que uno de aquellos hombres fue Pedro Pizarro. Un joven de quince años apodado «El largo» y que quiso unirse a su primo pese a no tener edad de combatir.
Una vez obtuvo el grado de soldado, Pedro Pizarro participó en la batalla de Jauja y la toma de Cuzco, entre otras batallas. Siempre del lado de su primo, al desatarse las guerras civiles entre almagristas y pizarristas, fue encerrado en un cubo por Diego de Almagro pero, una vez liberado, combatió en la batalla de las Salinas. Pedro Pizarro es el ejemplo de que muchos españoles, después de ser soldados, se asentaron en los territorios americanos. No obstante, firmó su crónica como «Poblador de estos reinos y vecino de la ciudad de Arequipa».