El director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Valentín Fuster, ha presentado este medicamento único, que ha desarrollado esta institución en colaboración con la empresa farmacéutica Ferrer.
La secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, que ha asistido a la presentación, ha destacado la colaboración público-privada para desarrollar este medicamento, que se comercializa con el nombre de Trinomia.
El fármaco incluye tres protectores vasculares: un antiagregante plaquetario para evitar la formación de trombos, el ácido acetilsalicílico; una estatina para controlar los niveles de colesterol y para estabilizar la placa de ateroma, la atorvastatina, y un inhibidor de la ECA, antihipertensivo que evita el remodelado del corazón que se produce tras un infarto, el ramipril.
Se adquiere con receta por 10 euros
La polipíldora ya se puede adquirir en España, bajo prescripción médica, por unos 10 euros -contiene el tratamiento para alrededor de un mes-, y ya se ha autorizado en 15 países de la Unión Europea, pero se espera que en el plazo de cuatro años esté en 90 países.
El primer objetivo del nuevo fármaco, según ha subrayado Fuster, es social para que pueda llegar al mayor número de países, especialmente a los más desfavorecidos. Y puede llevarse a efecto porque al tratarse de un único fármaco y no de tres por separado se abaratan los costes de distribución.
Esta es la idea que inspiró el proyecto, según ha relatado Fuster, que en un viaje a Moscú constató que la adherencia al tratamiento de las personas que habían sufrido un infarto era baja debido al coste económico de los fármacos.
De ahí la importancia de este fármaco, tal y como ha incidido Fuster, porque de 100 infartos 80 ocurren en países de economía media y baja. El consejero delegado de Ferrer, Jordi Ramentol, ha asegurado además que la empresa reducirá los costes en los países del tercer mundo para acceder el mayor número de personas al medicamento.
Mejor adherencia al tratamiento
Pero en los siete años de trabajo, los especialistas del CNIC constataron en cinco países que la polipíldora mejoraba además la adherencia al tratamiento, un asunto clave teniendo en cuenta que alrededor del 60% de los enfermos deja de tomar la medicación para prevenir un nuevo evento cardiovascular seis meses después de haber sufrido el primer infarto.
Esta situación lleva a la recurrencia del infarto y tiene un gran impacto económico, tal y como ha señalado el director del CNIC, quien ha incidido en la funcionalidad del nuevo medicamento, la «simplicidad», porque es más fácil tomar una cápsula al día que tres.
Fuster está convencido del fuerte impacto que tendrá el fármaco ya que en un estudio realizado en 2013 en Estados Unidos sobre la situación del 'reinfarto' se llegó a la conclusión de que después de sufrir un infarto la posibilidad de tener un segundo en cinco años es del 30%. Y si se utilizara la polipíldora, se estima que dos tercios de ese 30% de segundos infartos podrían evitarse.
Pero para cuantificar esa disminución de eventos y sus consecuencias en la mortalidad, la UE ha concedido seis millones de euros para llevar a cabo el estudio SECURE, que comenzará a reclutar pacientes en octubre.