La doctora Claudia Arce Salinas del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y docente de la Escuela Superior de Medicina del Instituto Politécnico Nacional explicó que se trabajó en Japón con la esponja marina porque se dieron cuenta que inhibía la réplica de los organismos que estaban a su alrededor.
“Analizaron la esponja con el fin de obtener la sustancia activa que lleva a cabo la disminución de los seres vivos que estaban junto al organismo marino. Después de varios años de investigación se dio a conocer que la eribulina inhibía la replicación de las células en cáncer de mama”.
La especialista agregó que una vez aislada la sustancia activa por medio de ingeniería genética se sintetizó sin sacrificar a la esponja. Se purifico el material y una vez sintetizado ya se produce el medicamento en Japón.
“La eribulina lo que hace es inhibir la división de las células y si el cáncer se caracteriza por tener una proliferación excesiva se previeron resultados positivos. Normalmente las células tienen un punto de control que detecta que ya se tiene el requerimiento celular. Sin embargo, en el cáncer no es así por lo que la sustancia detiene el crecimiento o proliferación de la células”.
Detalla la especialista del INCAN que el cáncer evade ese control y las células comienzan a proliferar de manera exagerada. Lo que hace el medicamento es inhibir la proliferación de ellas, es decir, “mata” a las que sobran, por lo tanto el tumor deja de tener la capacidad de crecimiento e invasión.
Para llegar a identificar que la sustancia activa era eficaz contra el cáncer de mama, la doctora Arce Salinas detalló que los investigadores japoneses pusieron la sustancia en varias líneas celulares de tumores y en el laboratorio se identificó que tenía mayor resultado en cáncer de mama.
La investigación se llevó a cabo en 700 mujeres a nivel mundial. El resultado arrojó que esta sustancia en pacientes que tienen metástasis logró “detener” el crecimiento del tumor y aumentó el periodo de vida de las pacientes por más de dos años.
El medicamento es para mujeres que ya han recibido tratamientos y no responden a ellos. Se administra por vena o catéter central. Tiene la ventaja de que no requiere mayores insumos en su medicación y se aplica en un periodo muy corto (cinco minutos).
“Este medicamento no requiere premedicación. Como finalmente es ‘quimioterapia’ los efectos secundarios son similares a las quimioterapias y radioterapias, sin embargo, prolonga la vida de las mujeres 15 por cientos más frente a los tratamientos convencionales estándar”, indicó la especialista.
El medicamento ya fue aprobado en México por la Cofepris y en 2011 por la FDA en los Estados Unidos. En su inició se aplicaría en sector privado y en corto tiempo en el sector público.
“Hay varias candidatas mexicanas para recibir el tratamiento en diversas instituciones porque el cáncer de mama representa la segunda causa de muerte en la población femenina de entre 30 a 54 años”.