Los rayos infrarrojos del tipo A (IR-A) son capaces de penetrar en capas más profundas de la piel que los ultravioleta.
Unos estudios recientes llevados a cabo en animales permitieron demostrar que los rayos IR-A unidos con los UVB pueden provocar el cáncer de piel, además aceleran su envejecimiento alterando el funcionamiento de los mecanismos responsables de mantener el estado sano de la epidermis.
Según científicos de la Universidad de Kiel (Alemania), la combinación UVB+IR-A suscitaba un crecimiento acelerado de tumores, al activar el funcionamiento de unas enzimas responsables de la regeneración de la piel.
Además, el calor de por sí provoca serias alteraciones en la epidermis, incluido el ensanche de los vasos.
Algunos antioxidantes, vitaminas C y E y los compuestos como coenzima Q-10 probablemente son capaces de neutralizar las alteraciones nefastas que surgen al impacto de IR-A, dicen científicos aconsejando usarlos junto con ordinarias cremas de protección contra los rayos solares UVA/ UVB.
RIA Novosti