Este es el 'rastro' que dejan las ventosas, un método estimulador inventado en la Edad Media y ampliamente usado en la medicina soviética.
Los nacidos en la URSS bien recuerdan el sonido de una cerilla encendida mientras estás acostado sobre el vientre, y luego la vertiginosa sensación de miedo a que te queme el fuego, que cede cuando se coloca la ventosa caliente sobre la espalda. Debajo del recipiente redondo de cristal se crea un vacío que es propicio para la estimulación de los músculos y el flujo sanguíneo.
Aunque este método de la medicina popular es antiguo y data de hace varios siglos o incluso milenios, en la memoria de los ciudadanos de la ex Unión Soviética tiene un lugar especial, puesto que la terapia fue allí enormemente popular.
Empleadas por los soviéticos como parte de una terapia para tratar resfriados, las ventosas son utilizadas por los deportistas de EEUU como herramienta adicional frente a las sobrecargas físicas. La técnica compite con el masaje y, además, alivia el dolor.
"Es el secreto que me ha permitido mantener la salud a lo largo de este año", confiesa Alexander Naddour, gimnasta artístico y miembro del equipo norteamericano en los JJOO del Río de Janeiro.
Insiste en que el juego de ventosas adquirido 'online' por 15 dólares le ha sido de más ayuda que los masajes o inyecciones de cortisona en el objetivo de combatir los efectos del estrés:
"Ha sido la mayor ganga de mi vida", afirma Naddour, quien también destaca la sencillez del método, que ni siquiera requiere la presencia del médico. O sea, cualquier persona puede asistir para 'succionarte' la parte dolorida del cuerpo.
A otro participante de los Juegos, el laureado nadador Michael Phelps, tanto le complace esa práctica que exhibe su espalda llena de moratones en Instagram. Incluso ha agregado las imágenes de ventosas sobre su cuerpo atlético en el nuevo anuncio publicitario de ropa deportiva de la marca Under Armour.
Aplicación de ventosas en el nadador Michael Phelps