Fue mucha pasión para tan poco.
31 mil rojinegros se dieron cita en el Estadio Jalisco para la presentación del Atlas en el Apertura 2018. Se llevaron el recuerdo de tres disparos a los postes, un penalti fallado, un abucheo inmerecido para Juan Pablo Vigón y un 0-0 ante Querétaro en duelo de la Jornada 1.
Con el Atlas aparecieron cuatro de sus refuerzos y cinco canteranos. De los recién llegados Gerardo Espinoza puso a Omar González en la zaga, Lorenzo Reyes y Andrés Andrade en el medio campo, y a Octavio Rivero en el ataque.
Los canteranos aparecieron, en el arco con José Hernández, en las laterales con Cristian Calderón e Ismael Govea, y en el medio campo con Brayan Garnica y Juan Pablo Vigón. Leiton Jiménez en la defensa y Clifford Aboagye como volante completaron el once rojinegro.
A los locales les costó el arranque del juego, donde no encontraban la conexión ante un Querétaro que lucía muy ordenado, como si Rafael Puente hubiera aprendido la lección del equilibrio tras el episodio de Lobos BUAP. Además, apenas a los cuatro minutos de juego perdieron a Diego Novaretti, tras una jugada accidental con Ismael Govea en el área rojinegra.
Poco a poco los locales encontraron la pelota y aunque no tenían claridad, eran dominadores del encuentro.
Con todo y esa poca profundidad, les alcanzó para estrellar un par de jugadas en el travesaño. Primero al minuto 40, cuando Clifford jaló del gatillo a las afueras del área y estrelló la pelota en el larguero. Tres minutos después, Rivero se plantó frente al arquero y sacó un zapatazo arriba que pegó de nueva cuenta en el travesaño.
Así, con el grito de gol ahogado, se fueron al descanso.
Mala pata
En el complemento, Gerardo Espinoza insistió con los mismos hombres y la misma táctica.
Atlas presionaba al rival cada vez más en territorio queretano, aunque le seguía costando trabajo plantarse en el área.
Por si no fuera suficiente, sobre la hora de partido volvieron a estrellar otra pelota en el poste, ahora por conducto de Vigón, quien disparó a quemarropa tras una buena combinación que lo dejó frente al arquero. Otro que falló fue el “Rifle” Andrade.
Pero al minuto 36 del complemento se definió el partido cuando Vigón fue zancadilleado en el área por Miguel Samudio y el árbitro decretó el penalti. El propio Vigón pidió la pelota y ocurrió lo que se presagiaba en el estadio. El canterano disparó de derecha, muy anunciado, y Tiago Volpi aceptó el dulce para rechazar el esférico y ahogar de nueva cuenta el grito de gol rojinegro.
Todavía La Fiel alcanzó a ver cómo les anulaban un gol de Jefferson Duque en tiempo de compensación, por una falta previa de Rivero.
Fue mucha pasión para tan poco.
MOMENTOS CLAVE
Cambio obligado
Los equipos no se habían acomodado todavía sobre el terreno de juego y un jugador de Querétaro ya estaba dolido. Diego Novaretti tuvo que salir de cambio por una lesión apenas al minuto 4 y eso cambió todos los planes de Rafael Puente, obligó a “quemar” un cambio y el esquema gallo tuvo que ser modificado.
Encomendados a San Marcos
El trámite del partido pudo ser otro, pero el travesaño simplemente les negó el gol a los rojinegros en dos ocasiones, en lo que pudieron ser dos golazos, uno de Clifford Aboagye y otro de Octavio Rivero en el primer tiempo, y un poste más de Juan Pablo Vigón en el segundo lapso; los Gallos se salvaron y tenían la oportunidad de seguir vivos.
Ni al arcoiris
Además de los tiros a los postes, los Zorros del Atlas tuvieron para matar en innumerables ocasiones, desde fallas de Tiago Volpi que desaprovechó Octavio Rivero, hasta un penal errado por parte de Juan Pablo Vigón. Los Gallos Blancos salieron a la cancha del Jalisco con el trébol de cuatro hojas, ya que los rojinegros no iban a anotar jamás.
Se la soplaron
El árbitro Fernando Hernández no vio la falta de Rivero sobre Víctor Milke en el gol anulado al Atlas. Sin embargo, la posición del juez de línea tampoco le permitía precisar la acción. La confusión entre el cuerpo arbitral hace pensar que fue el comisario quien la marcó.
Ya sabía
Apenas cayó al césped tras chocar con Ismael Govea, el zaguero del Querétaro Diego Novaretti supo que no podría seguir en el juego. Así, cuando los servicios médicos de los Gallos llegaron, el zaguero le dijo al doctor que no podía continuar.
Impecable
El receso de verano le vino de maravilla a la cancha del Estadio Jalisco, que estuvo en excelentes condiciones, además del césped perfectamente podado para que le pelota corriera sin complicaciones. Al final del partido, no hubo secciones que quedaran levantadas.
El Informador