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Miércoles, 25 Enero 2023 17:52

La declaración de la joven que ha denunciado a Dani Alves por agresión sexual: «Estuvo un rato pegándome en la cara, sentí que me ahogaba»

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«Cuando recuerdo lo que me ha pasado, me entran ganas de vomitar, tengo mucho miedo y siento mucha vergüenza», explica.

La reacción del portero cuando la vio llorar al salir del cuarto de baño resultó crucial para activar el protocolo. Viernes 30 de diciembre. Tres amigas quedan para cenar. Se apalancan en el sofá aunque, tras una primera copa, deciden salir de fiesta.

Primero van a un local de la calle Tuset de Barcelona, Duplex. Allí les dieron una «pulserita» para poder entrar a la discoteca Sutton. Pasadas las dos de la madrugada, bromean con el portero: «Hoy nos vas a dejar entrar». Y, efectivamente, entraron. Dos horas después, el mismo portero ve a una de ellas llorando. «¿Qué pasa? ¿Mal de amores?».

Alguien le explicó que no, que quien lloraba desconsolada, una joven de 23 años, había sufrido una agresión sexual en el interior del local. Fue así como sus responsables activaron el protocolo para proteger a la víctima. La trasladaron a una sala, según relató ella misma en su declaración, junto a su amiga y su prima. No podía parar de llorar.

Entonces alertaron a los Mossos d'Esquadra, pero el presunto agresor, el futbolista Dani Alves, ya había abandonado la discoteca. Los agentes que se allí se personaron fueron testigos de su estado. Estaba desolada. El examen médico que le practicaron el Hospital Clínic verificó lesiones compatibles con una agresión sexual violenta.

Entre otras, la joven sufría una pequeña esquimosis en una de sus rodillas, lo que corroboró su relato. De hecho, el parte se envió de urgencia a los juzgados, y recayó, por reparto, en Instrucción 15. La joven ratificó su denuncia dos días más tarde, ya atendida por la Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS) ratificó su denuncia.

La joven, junto a su amiga y su prima, tras estar en la zona central de la discoteca, subió a la zona VIP, donde conoció a un grupo de chicos mexicanos. Fue entonces cuando se les acercó un camarero y les dijo que alguien las quería invitar. «No le hicimos caso», pero volvió a insistir: «Un amigo mío quiere que estéis allí».

Ellas accedieron. Se cambiaron de mesa, y allí se encontraron a dos chicas y otros dos chicos. Cuando llegaron, éstas se marcharon. Uno de los individuos se acercó y les dijo que se llamaba Dani y que jugaba a la petanca en Hospitalet. «El grupo de chicos mexicanos que habíamos conocido antes fue el que se dio cuenta de que era Dani Alves.

Me enteré por ellos», explicó la víctima a los investigadores. «Me giré para abrir la puerta, pero me dijo: 'Tú no te vas a ir de aquí, salgo yo primero'» Según su relato, el brasileño había «pegado» a ellas y las «tocaba». Sacó una botella de cava, les dio una copa a cada una, pero de la misma forma, la dejaron en la mesa.

Estaba «muy pesado». En un momento dado le dijo: «Vámonos, vámonos». «No sabía dónde tenía que ir yle daba largas», relató la víctima. «Le dije que me quería ir» Él siguió diciéndole cosas -«puede que en portugués, porque no entendía nada»-. «Me estaba dando asco». De las palabras, pasó, denuncia la joven, a los tocamientos.

Cogió su mano y la puso sobre su pene. «Lo hizo dos veces, la segunda con mucha fuerza, y la volví a retirar». Tras ello, el brasileño, siempre según el testimonio de la denunciante, le hizo señales para que se acercase a una puerta. «Pensé que detrás habría otra zona VIP». No fue así, se encontró con un «lavabo minúsculo».

Al entrar, Alves cerró la puerta tras él. «Le dije que me quería ir y él me contestó que no me podía ir de allí». «Me tiró al suelo»

En ese espacio, el exlateral del F. C. Barcelona la habría agredido sexualmente. «Me subió el vestido y me hizo sentarme encima de él. Me cogió por la parte de atrás de la cabeza, no sé si también del pelo y me tiró al suelo, me hice daño en la rodilla», explica la joven.

Intentó forzarla a realizarle una felación. «Me resistí, pero él era mucho más fuerte que yo», prosigue. Habría sido entonces cuando comenzó a pegarle bofetadas.

«Estuvo un rato pegándome en la cara, sentí que me ahogaba, no porque me estuviera apretando, sino por la angustia que estaba sintiendo».

Finalmente, la habría violado. «Él se apartó y empezó a vestirse, así que me levanté yo también y me giré para abrir la puerta, pero me dijo: 'Tú no te vas a ir de aquí, salgo yo primero'».

La joven no recuerda cuánto tardó en poder salir, porque «de los propios nervios no podía abrir la puerta».

El encuentro con el portero Cuando lo consiguió, solo vio a su prima.

Comenzó a llorar, y se encontraron con el portero que activó el protocolo.

Tal y como detalló ABC al avanzar lo ocurrido, su actuación ha sido decisiva para la detención y entrada en prisión de Alves, acusado de agresión sexual. También el parte médico del Hospital Clínic, que corrobora la versión de la víctima y su propio testimonio.

Un relato absolutamente creíble, para la juez, que solo se interrumpió cuando ésta se veía superada. Ella misma lo relató en su declaración: «Cuando recuerdo lo que me ha pasado, me entran ganas de vomitar, tengo mucho miedo y siento mucha vergüenza».

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