Khelif venció a Yang Liu de China 5:0 en la final de la división de peso welter femenino, cerrando la mejor serie de peleas de su carrera boxística con una victoria en Roland Garros, donde las multitudes corearon su nombre, ondearon banderas argelinas y rugieron cada vez que ella conectaba un golpe.

Después de su victoria unánime, Khelif saltó a los brazos de sus entrenadores, uno de ellos la puso sobre sus hombros y la cargó en una vuelta de la victoria mientras ella agitaba los puños y agarraba una bandera argelina de la multitud.

“Durante ocho años, este ha sido mi sueño, y ahora soy campeona olímpica y medallista de oro”, dijo Khelif a través de un intérprete.

Cuando se le preguntó sobre el escrutinio, dijo a los periodistas: “Eso también le da a mi éxito un sabor especial debido a esos ataques”.

“Estamos en los Juegos Olímpicos para actuar como atletas y espero que no veamos ataques similares en futuras Olimpiadas”, dijo. Los fanáticos han acogido con agrado a Khelif en París, incluso cuando enfrentaba una cantidad extraordinaria de escrutinio por parte de líderes mundiales, celebridades importantes y otras personas que cuestionaron su elegibilidad o afirmaron falsamente que era un hombre.

Esto la ha empujado a una división más grande sobre las actitudes cambiantes hacia la identidad de género y las regulaciones en los deportes.

Esto se debe a la decisión de la Asociación Internacional de Boxeo, dominada por Rusia, de descalificar a Khelif y a su compatriota y dos veces atleta olímpica Li Yu-ting de Taiwán de los campeonatos mundiales del año pasado, alegando que ambas no pasaron una prueba de elegibilidad para la competencia femenina sobre la que los funcionarios de la IBA se han negado a responder preguntas básicas.