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Domingo, 25 Octubre 2020 23:29

Misterios sin resolver 2: Death in Oslo ¿Quién mató a Jennifer Fairgate?

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La mujer es conocida como 'Jennifer Fairgate' o 'Jennifer Fergate' porque esos son los nombres que usó para registrarse en el hotel La mujer es conocida como 'Jennifer Fairgate' o 'Jennifer Fergate' porque esos son los nombres que usó para registrarse en el hotel

El asesinato de la mujer de Oslo es uno de los más extraños de la historia reciente y se cree que pudo ser una espía.

Nadie acudió al funeral de Jennifer Fairgate en 1996, ni amigos, ni familia, ni un sacerdote para velar por ella, su cuerpo fue colocado en un simple ataúd de madera y fue sepultada en el cementerio sin saber quién era realmente, de dónde venía o si Jennifer era realmente su nombre,

Unos meses antes, Jennfifer Fairgate había sido encontrada muerta, con un disparo en la cabeza, dentro de su habitación (cerrada) en un hotel de Oslo y, en un principio, se determinó que las pruebas y circunstancias apuntaban a que había sido un suicidio, pero el caso rápidamente se fue complicando y quedó claro que las cosas no habían pasado como la policía pensaba.

¿Quién era Jennifer Fairgate? ¿Quién la mató? ¿Por qué estaba en Oslo? ¿De dónde venía? Todas estas son preguntas que, en 25 años, nadie ha podido responder sobre el misterioso asesinato del Oslo Plaza, uno de los casos más interesantes de la segunda parte de Misterios sin resolver en Netflix (que ya nos contó las historias de Xavir Dupont y Alonzo Brooks).

Lo más extraño de este caso es que el nombre que la mujer de Oslo usó para registrarse en su hotel era falso y no había forma de identificarla o encontrar a su familia, y siguen sin hacerlo a pesar de que la tecnología de ADN de la actualidad puede decirnos el porcentaje de cada raza distinta que conforma nuestra herencia y hasta determinar la predisposición a enfermedades.

La llegada de Jennifer Fairgate al hotel de Oslo y la escena del crimen

La habitación había sido reservada para dos personas (Jennifer y Lois Fairgate). Jennifer llamó el 22 de mayo para registrarse y el 31 volvió a llamar para confirmar que llegaría esa noche, pero uno de los managers del hotel, Sascha Anonsen, recuerda que ella llegó por la mañana del 31 y que estaba sola, y los registros muestran que entró a su habitación a las 10:44 am (se dice que colocó el mensaje de No molestar desde ese primer día), pero Anonsen dijo en su declaración que, al estar muy ocupado, no le pidió una identificación o una tarjeta de crédito, pero asegura que volvió a verla esa noche y parecía que estaba esperando a alguien.

La supervisora del hotel, Evy Gjertsen, asegura que un hombre de entre 35 y 40 años estaba con ella cuando se registró, lo que contradice la historia de Anonsen, pero que parece explicar por qué se usó una segunda llave para entrar a la habitación a las 00:21 horas.

(Un detalle importante es que las llaves solo se registran cuando alguien entra a las habitaciones, no al salir).

La noche del viernes, un mesero le llevó su cena a la habitación y pudo ver que estaba limpia, que parecía solo haber una persona y que la cama no había sido usada. Unos momentos después, un sonido de disparo llevó al jefe de seguridad del hotel (que había subido al piso 28 para pedirle a Jennifer que bajara a pagar una cuenta pendiente) a entrar en la habitación 2805 del hotel Oslo Plaza. En su testimonio, el hombre insistió en que la habitación tenía los dos seguros puestos por dentro (lo que significa que nadie pudo haber salido por la puerta después de su muerte) cuando fue a registrarla. Primero tocó a la puerta y no recibió respuesta, así que abrió la puerta, se asomó al interior y encontró a la mujer tendida en la cama con una herida en la cabeza.

Al descubrir a Jennifer Fairgate, decidió cerrar y esperar a que la policía llegara a estudiar la escena (dejando la habitación desatendida por 15 minutos).

Los agentes encontraron a la mujer en la cama y con una mano sobre el pecho, y parecía que ella misma se había disparado en la cabeza, una comida sin terminar se encontró en la mesa. Había una ventana abierta, pero la habitación se encontraba en el piso 28 y no había señales de que alguien más hubiera estado en la habitación. La maleta de Jennifer tampoco estaba.

La ropa que fue encontrada en la habitación de la mujer de Oslo (la 2805) también era extraña, se reportó que encontraron suéteres, chaquetas y blusas, pero no faldas ni pantalones o ropa interior, y los empleados aseguraron que faltaba una falda que ella había estado usando, y que fue vista (junto con la maleta) unas horas antes por el mesero que le llevó la cena, lo que significa que alguien tuvo que llevarse esos objetos de la habitación, o ella los lanzó por la ventana, pero tampoco hay pruebas de eso. Un detalle que no deja de volver locos a los investigadores es el hecho de que, la poca ropa que quedaba, tenía todas las etiquetas cortadas.

Por otro lado, tampoco se encontró una bolsa o una cartera, faltaba una bolsa de maquillaje y no se encontraron llaves de un coche o una casa.

l huésped misterioso

En los registros originales, se menciona a un hombre de Bélgica que se hospedaba en la habitación 2804, justo frente a la de Jennifer. El hombre supuestamente se fue del hotel el sábado por la mañana (el disparo supuestamente se escuchó durante la noche), lo que lo elimina como sospechoso, pero, en un reporte del periodista Lars Wegner, se muestra una entrevista entre la policía y Mr F (el nombre clave que la dieron al hombre) en la que él dice: “Lo recuerdo bien porque me preguntaron al respecto en la recepción cuando hice el check out. Alguien me preguntó si había escuchado o visto algo ya que era el mismo pasillo. Pero dormí bien esa noche y no sabía nada al respecto."

¿El problema? No habría forma de que le hubieran preguntado si escuchó algo cuando se fue por la mañana, porque el disparo se produjo durante la noche. Mr F nunca pudo explicar eso, pero parece confirmar que él sabía de la muerte antes de que Jennifer Fairgate fuera encontrada.

Este detalle también parece alterar la línea del tiempo, se asume que Jennifer murió a las 7:50 del sábado, pero, según los reportes de los forenses, tenía comida en el estómago de la cena que había pedido la tarde anterior, además de que una huésped que se encontraba en la habitación 2816, llamada Borghild Strandenes, dijo que escuchó ruidos extraños en la habitación 2805 la noche del viernes (pero es difícil confiar en su testimonio porque las habitaciones no están tan cerca una de la otra).

¿La hora de la muerte podría ser incorrecta? ¿El hombre del 2804 tuvo algo que ver con la muerte? ¿Por qué estaban los seguros puestos en la habitación de Jennifer? Eso nadie puede responder.

Con todas las pruebas, lo único claro es que Jennifer Fairgate no quería ser identificada (la policía de Bélgica confirmó que su nombre era falso), los estudios de ADN (realizados en 2017) solo han logrado determinar que pudo haber sido alemana, la dirección que dejó en el hotel no existe e incluso mencionó una compañía falsa como su lugar de trabajo. Fairgate además intentó hacer dos llamadas a alguien en la misma zona en la que dijo que vivía.

¿Un suicidio o una espía asesinada?

Los forenses no encontraron señales de violencia en el cuerpo, además de que lo encontraron tendido de forma natural, el problema es que no se encontraron residuos de pólvora en sus manos (a pesar de que tenía una pistola que era común en los tiempos de la Guerra de los Balcanes en los 90), y está el tema de la comida de la noche anterior.

Durante su investigación, Lars Wegner entrevistó a Oal Kaldager, jefe de Inteligencia de Noruega durante la década de 2000, quien explicó la teoría de que ella pudo ser una agente secreta y por eso nadie reclamó su cuerpo o asistió a su funeral.

"Agencias conocidas como el MI6 o la CIA probablemente pedirán que el agente regresara, pero para algunos servicios sería típico que la persona fallecida no fuera reportada como desaparecida. La agencia podría notificar a la familia lo que sucedió y pagarles una bonita compensación, mientras que la familia tendría que prometer que nunca hablaría de lo sucedido”, dijo Kaldager.

No hay nada que confirme que Fairgate era una espía entrenada, pero hay muchas inconsistencias en su caso que ponen en duda la teoría del suicidio y nadie ha logrado explicar por qué todavía no se ha revelado su verdadera identidad o por qué su familia no fue a reclamarla, además de la desaparición de su falda y su maleta siguen siendo un gran misterio.

La investigación está disponible en VG, un periódico noruego, donde muestran una simulación visual de la escena que le permite explorar la habitación del hotel de Oslo y explica detalladamente todos los aspectos extraños del caso.

 

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