Desde entonces el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo se encuentra internado en la prisión de Koh Samui, en la cual le gustaría permanecer y no ser trasladado a otro, pero esa decisión no depende de él, sino de las autoridades.
La cárcel en la que está no es que sea de lujo, sino que simplemente ya es conocido entre los internos y un cambio de prisión lo llevaría a pasar de nuevo por el proceso de adaptación.
En la Koh Samui, al igual que en el resto de las prisiones de Tailandia, los reos viven hacinados y bajo condiciones precaria.
La actividades de los reclusos comienzab a las 6 de la mañana con el primer recuento, mientras que a las 8 de la mañana se entona el Himno de Tailandia y se hace el segundo pase de lista.
Tras un día lleno de actividades, a jornada de los internos termina a las 9:00 de la noche, un horario en el que ya no debe de haber nada de ruido.
Las celdas son de tamaño estándar, pero son habitadas por entre 50 y 60 personas, lo que hace que los niveles de hacinamiento sean extremos.
Otro punto a destacar de las celdas es que todas tienen un agujero en una de las esquinas, el cual sirve para que los internos hagan sus necesidades, por lo que los niveles de salubridad son mínimos.
Las visitas están permitidas, pero por espacios cortos, solo de lunes a viernes y a través de una mampara, por lo que no existe contacto entre los convictos y sus familiares.
Hasta el momento se desconoce bajo qué condiciones está Daniel Sancho, pero se sabe que los extranjeros reciben un mejor trato con respecto a los reos tailandeses.