El actor culpa a Strachhans -una firma suiza de asesoría fiscal- a la que reclama 80 millones de dólares (algo más de 60 millones de euros) en daños.
El actor, de 73 años, convertido en estrella gracias a la película de 1986, afirma que la firma ha arramplado con 34 millones de dólares (unos 26 millones de euros), según varios diarios.
En los documentos presentados ante un tribunal de California, el demandante declara que Philip Egglishaw -uno de los responsables de la firma- "ha huido o se ha gastado" los millones depositados en el Cornèr Banque de Lausana, gestionado por la firma suiza Strachans, para la cual trabajaba el asesor fiscal, de acuerdo con el Sydney Morning Herald y The Australian.
Strachans es la compañía que Hogan y su asistente artístico John Cornell eligieron para organizar una serie de fideicomisos de baja fiscalidad y otros 'equilibrios' financieros para administrar sus lucrativos ingresos por la franquicia 'Crocodilo Dundee'.
En 2012, Paul Hogan llegó a un acuerdo amistoso y confidencial con el fisco australiano, tras ocho años de negociación. Las autoridades le reclamaban, así como a su colaborador John Cornell, más de 150 millones de dólares australianos (unos 120 millones de euros) en impuestos no pagados desde los años 80, incluida la multa y los intereses.