Harry Cohn, fundador de Columbia Pictures, dijo en 1939: "Si tienes que meterte en problemas, hazlo en el Chateau Marmont”. Y aquella frase seguramente definió el adn del hotel. En el Chateau Bar se han firmado contratos o comenzado romances, con la ciudad a sus pies. Cada una de las sesenta y tres habitaciones o bungalós son enormes, casi un apartamento, con cocina incluida y sala de estar, refugios perfectos en un lugar donde se vive bajo los focos y las cámaras de los fotógrafos. Las tarifas oscilan entre los 600 y los 2.000 dólares la noche.

A pesar de la enorme popularidad del hotel, no hay excesivas imágenes históricas de lo ocurrido en su interior. El castillo de la colina, inaugurado oficialmente en 1929, siempre ha sido un lugar relativamente privado, chic, la segunda casa (o la primera) de muchas estrellas. Un mito lleno de anécdotas repetidas una y mil veces, como aquella que dice que James Dean se coló por una ventana en el casting de Rebelde sin causa.

Ahora, el Marmont ha vuelto a los periódicos por la publicación del libro "Durmiendo en el Chateau", del fotógrafo Jork Weismann, que incluye un magnífico desnudo de Eva Longoria, echada de espaldas sobre la cama, además de otras imágenes de Orlando Bloom o Patti Smith, entre otros muchos. En el prólogo se recuerda que en sus habitaciones se amaron Jean Harlow y Clark Gable, o vivieron largos periodos Greta Garbo y Howard Hughes. En las páginas de Weismann no aparece, sin embargo, Lindsay Lohan, que tiene prohibida la entrada después de que, hace unos meses, dejara sin pagar varias facturas por 46.350 dólares.

Lohan estuvo hospedada en el Chateau Marmont 47 días entre los meses de junio y julio pasados, durante los cuales consumió 686 dólares en cigarrillos, 386 en lavandería, y 2.000 en alimentos, entre otros gastos.

El fotógrafo Terry Richardson agotó más de una tarjeta de memoria aquellos días (sobre estas líneas, una de sus fotos, de una serie publicada en el diario gráfico del artista). Otra historia para alimentar la leyenda.