Según Trump, la construcción considerará en un inicio fondos provenientes de los impuestos pagados por los estadounidenses, pero luego habrá un "reembolso".
En su primera entrevista televisiva desde que fue investido como presidente de EE.UU., Donald Trump ha asegurado a la cadena ABC que la construcción del muro en la frontera con México comenzará "lo más pronto posible" al igual que las negociaciones para su financiamiento.
El mandatario aclaró que en un principio los fondos utilizados para la construcción de la obra serán obtenidos del presupuesto estatal pagado por los impuestos de los ciudadanos estadounidenses, pero que luego existirá un "rembolso del 100 %" por parte de México, según Trump.
El rembolso será "quizás en una forma complicada", añadió Trump. "Lo que estoy haciendo es por el bien de Estados Unidos. También será bueno para México. Queremos tener un México muy estable y muy sólido".
El muro se empezará a construir "tan pronto como podamos físicamente hacerlo", dijo el jefe de la Casa Blanca. "Yo diría en meses", pero "en realidad la planeación empieza de inmediato".
El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que de una forma o de otra México pagará por el muro que construirá en la frontera con Estados Unidos, además que se terminaron los apoyos a las Ciudades Santuario.
El mandatario también insistió en otro de sus mantras y ha asegurado que «en última instancia» el coste del muro será «reembolsado por México» y ese pago será del «cien por cien» del coste de la construcción. En este sentido, ha reconocido que su Gobierno adelantará el dinero necesario para iniciar la construcción, pero luego los mexicanos se encargarán de devolverlo.
«Hemos estado hablando de esto desde el principio", ha asegurado Trump respecto a una de sus más aclamadas promesas electorales al firmar el documento junto al recién confirmado secretario de Seguridad Nacional, el general retirado John Kelly.
«Ciudades santuarios»
Además, Trump ha firmado la orden ejecutiva que niega los fondos federales a las llamadas «ciudades santuarios», que protegían de la deportación a los indocumentados.
De este modo, se suprimirán fondos federales a las ciudades que se nieguen a proporcionar a las autoridades federales información sobre el estatus migratorio de las personas que detienen, entre las que se incluyen Chicago, Nueva York y Los Ángeles.