Algo así le ha sucedido a un pequeño restaurante francés que, sin comerlo ni beberlo, se encontró en la guía gastronómica más prestigiosa del mundo. Durante apenas una semana, sí, pero este pequeño local de menú del día tuvo su estrella Michelin.
Ubicado en Bourges, una localidad de 65.000 habitantes en el centro de Francia, el Bouche à Oreille (boca a oreja, en español) ofrece a su clientela, fundamentalmente obreros que trabajan en las cercanías, un menú con buffet de entrantes a elegir, plato del día, postre y cuartillo de vino a 12,50 euros. Más que fieles a los filetes de merluza con salsa de pimentón, los calamares fritos y el estofado de ternera de Pénélope, los habituales del Bouche à Oreille no salían de su asombro al publicarse la buena nueva, el pasado 9 de febrero.. Tampoco la propietaria, Veronique, desbordada por las circunstancias.
"Mira, no hacéis más que llamar y yo no tengo tiempo para responder entrevistas", responde Veronique a la llamada de FCINCO. Y es que la publicidad inesperada de la Guía Michelin le ha llenado el bistrot: "Tengo nuevos clientes que quieren mesas de tres, de cuatro... y al mismo tiempo, a todos los habituales. El problema es que no tengo una gran superficie y sólo cuatro manos".