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Jueves, 16 Noviembre 2017 13:10

Viajes, lujos y despilfarros de Grace Mugabe, la primera dama que quería suceder al dictador más longevo del mundo

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Fue contratada como secretaria del mandatario zimbabuense, pero pronto se convirtió en su amante y es su esposa desde 1996.

Con fondos y recursos del Estado, disfrutaba de vacaciones en todo el mundo. Llegó a gastar USD 100.000 en un solo día de compras.

Grace Mugabe parecía destinada a suceder a su esposo de 93 años de edad, Robert Mugabe, como líder de Zimbabwe. Pero un golpe militar que confinó en su casa al hombre que gobernó el país desde la declaración de la independencia, en 1980, acaba de echar por tierra sus ambiciones.

Aún no se sabe quién es el favorito de las Fuerzas Armadas, pero una cosa está clara: la sudafricana Grace, 40 años menor que Robert, ex amante y esposa del dictador desde hace 21 años, no les cae bien a los uniformados.

Su historia comienza en Bonomi, Sudáfrica, el 23 de julio de 1965. Se casó en 1984 con un piloto de las Fuerzas Armadas, con quien tuvo un hijo. Pero todo cambió cuando fue contratada inicialmente como secretaria de Mugabe.

Pronto comenzó una aventura amorosa con el símbolo de la independencia de Zimbabwe -convertido ya en temible y sanguinario dictador- a las espaldas de su esposa desahuciada, Sally. Luego de la muerte de ella, en 1996, se casó con Mugabe frente a un público de 40.000 personas en una extravagante ceremonia.

Años después, confesó: "Me sentí un poco incómoda. Me dijo que él y su esposa lo discutieron y ella lo había aceptado", refiriéndose a la aventura con su jefe.

 

Nacida en Sudáfrica, la primera dama se mantuvo alejada de las cuestiones políticas del país al principio del matrimonio. Era más conocida por sus desenfrenados viajes de compras o por controversias como la denuncia de un fotógrafo británico que aseguró haber sido golpeado mientras intentaba sacarle una foto en Hong Kong.

Incluso antes del casamiento, Grace malversó alrededor de USD 660.000 de fondos del Estado para construir su propia mansión de 30 dormitorios que llamó "Gracelands". Cuando se dictaminó que la construcción de la propiedad era ilegal, vendió la mansión a los libios por cuatro millones de dólares y retuvo los beneficios.

 

Según WikiLeaks, la esposa del dictador obtuvo "enormes ganancias de diamantes" por extraer millones de dólares de la industria minera de Zimbabwe. Se la acusa de haber gastado parte de ese dinero para comprar 3.000 pares de zapatos de diseño y USD 100.000 en artículos de lujo en una sola juerga de compras en París mientras que, según el Programa Mundial de Alimentos, habían 7,2 millones de zimbabuenses al borde de la hambruna en aquel entonces. 

"Tengo los pies muy estrechos, así que sólo puedo usar Ferragamo", justificó la primera dama.

Antes de que se impusieran prohibiciones contra los viajes de la clase élite de Zimbabwe, Grace a menudo tomaba prestado un avión de la flota nacional para irse de vacaciones a Londres o a la capital francesa.

 

En Londres, solía hospedarse en una suite del lujoso hotel de cinco estrellas Claridge's. De allí disfrutaba ir de compras a Harrods, el centro comercial más famoso de la capital inglesa, acompañada por sus guardaespaldas. Se desplazaba por la ciudad a bordo de su Mercedes Benz. 

Podía gastar más de USD 60.000 en una sola tarde. 

Sus hijos son tan despilfarradores como ella. El mayor, de su pasado matrimonio con Stanley Goreraza, importó dos limusinas Rolls-Royce en septiembre a un país, con 90 % de desempleo.

 

El menor, Chatunga, se filmó a principio de mes volcando un champagne de más de 250 dólares sobre su reloj incrustado en diamantes.

Con el progresivo debilitamiento de Mugabe, la primera dama comenzó su ascenso en las altas esferas de poder del país africano el 6 de diciembre de 2014, cuando fue electa presidenta de la división femenina del partido gobernante Unión Nacional Africana de ZimbabweFrente Patriótico (ZANU-PF).

 

Hasta la semana pasada, solo el vicepresidente zimbabuense, Emmerson Mnangagwa, se interponía entre ella y el poder, pero debió escapar del país tras anunciar que su vida corría peligro. Sin embargo, advirtió: "Pronto controlaremos los resortes del poder en nuestro bello partido y país".

Mnangagwa, quién tiene apoyo entre las fuerzas de seguridad de Zimbabwe, parece haber cumplido su promesa luego de que el Ejército tomara el control del país y los medios de comunicación el martes.

 

Mientras Mugabe se encuentra confinado en su casa por los militares, se rumorea que Grace escapó a Namibia para buscar asilo. Sus días de poder, privilegios y despilfarro parecen haber llegado a un final abrupto.

 

Infobae

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