Ya es oficial. El vicepresidente estadounidense Mike Pence ha informado al Congreso de que el presidente Donald Trump se dispone a anunciar la retirada del acuerdo nuclear con Irán, según informa la cadena CNN. Así, tal y como se esperaba, Trump cancela unilateralmente el decisivo pacto firmado en 2015 entre el Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania) y la República Islámica, destinado a contener sus actividades atómicas a cambio de un alivio de las sanciones. Y lo hace pese a que el resto de potencias firmantes insiste en la necesidad de mantener el acuerdo y la ONU reitera su apoyo al denominado Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), aunque se muestra abierta a "construir sobre la base" del mismo.
"Irán es un país que siempre se mantendrá fiel a sus compromisos y EE.UU. es un país que nunca cumplirá sus promesas. Nuestra historia de 40 años demuestra este hecho", ha afirmado el mandatario iraní.
Para qué sirve el acuerdo
Tras dos años de duras negociaciones, Irán y el Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania ) rubricaron en julio de 2015 el pacto que limita el programa atómico de la República Islámica a cambio del levantamiento de sanciones, pero que no incluía ninguna referencia al armamento convencional o a la expansionista política exterior de Teherán. En la firma, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) e Irán acordaron una hoja de ruta para poder certificar antes de 2016 si el programa nuclear perseguía o no un fin militar.
La cuestión del enriquecimiento de uranio (reducir la concentración de uno de los isótopos de uranio al tiempo que se aumenta la de otro para que pueda utilizarse en procesos de fisión) fue la clave de la negociación. El temor de la comunidad internacional -especialmente de Israel- era que las centrifugadoras que se utilizan para enriquecer uranio a bajo nivel, empleado como combustible, se usasen para producir uranio altamente enriquecido, utilizado en el armamento nuclear. El acuerdo fijó que Teherán no podría enriquecer uranio por encima de un 3,67% durante un plazo de 15 años; después, tendrá libertad absoluta de enriquecimiento.
Desde la firma del acuerdo, el OIEA ha confirmado en varias ocasiones el cumplimiento de los compromisos asumidos por Teherán. Ante las acusaciones de Israel sobre la existencia de un programa militar "secreto", el organismo señala que sus inspectores han accedido a todas las instalaciones y sostiene que “no hay indicios creíbles de actividades relevantes para el desarrollo de explosivos nucleares después de 2009”.
Qué pasará tras la retirada
Las sanciones, impuestas en 2012, redujeron a la mitad las exportaciones de petróleo y tuvieron un efecto devastador en la economía que empujó a Irán a regresar a la mesa de negociaciones. El acuerdo y el consiguiente levantamiento progresivo de las sanciones convencionales permitieron que la venta de crudo iraní se disparase hasta los 2,6 millones de barriles diarios. Además, el dinero retenido en cuentas bancarias del exterior fue desbloqueado y cientos de entidades, como el Banco Central o la Empresa Nacional Iraní de Petróleo, salieron de la 'lista negra'.
Ahora, Trump espera forzar a Teherán a aceptar mayores restricciones renovando dichas sanciones. El impacto de éstas, sin embargo, no será tan dramático como en 2012, al menos no en el corto plazo. Según la legislación estadounidense, las sanciones se harán efectivas en seis meses. Asimismo, es probable que países como China o India desdeñen la decisión de Washington y sigan comprando petróleo de Irán, que produce unos 3,6 millones de barriles de crudo al día, cantidad que espera aumentar en los próximos años a 4,7 millones, y que tiene las mayores reservas de gas del mundo.
Cómo responderá Irán
En el corto plazo, Irán puede intentar aislar a EEUU trabajando con el resto de potencias para mantener el acuerdo siempre que sus intereses se vean garantizados. No obstante, el presidente Hassan Rohaní se encuentra bajo presión política para demostrar los beneficios económicos del acuerdo, cuestionado también por sus rivales de 'línea dura'. La ola de inversiones extranjeras no acaba de materializarse -el único contrato de peso en el sector petrolero, firmado por la francesa Total y con una inversión de 4.800 millones, está en el aire a la espera de la decisión de Trump-, en parte por la incertidumbre generada por el presidente de EEUU.
Si los inversores europeos huyen de la República Islámica, Teherán podría concluir que mantenerse en el acuerdo no conlleva ningún beneficio. El Gobierno iraní podría entonces lanzarse a romper los límites al enriquecimiento de uranio que fijo el pacto y retomar otras actividades nucleares.
"El acuerdo no es negociable"
Teherán, que afirma desarrollar su programa de misiles únicamente con fines defensivos, reiteró que no pretende hacer ninguna concesión adicional en torno al acuerdo nuclear, que según el presidente iraní, Hasán Rohaní, "no es negociable de ninguna forma".
Por el contrario, desde Teherán aseguraron que una salida de EE.UU. liberaría a la República Islámica de cualquier obligación en el marco de dicho tratado, y prometieron reanudar "enérgicamente" el programa nuclear iraní con una producción de uranio más enriquecido que antes.
El escenario sin EE.UU.
Rohaní insinuó que el JCPOA puede sobrevivir independientemente de la decisión tomada por Trump, con la condición de que los demás signatarios garanticen los requerimientos iraníes estipulados; no obstante, el presidente iraní advirtió a Washington que abandonar el tratado sería un "error estratégico" de su parte.
Entretanto, Macron alertó sobre el riesgo de una posible guerra en caso de que EE.UU. se retirara del acuerdo nuclear.