Khan había regresado a su casa en Chicago, después de la peregrinación del Hajj a Arabia Saudí. Había hecho propósito de enmienda, como le contó al dependiente del 7-eleven y éste a AP, y ya no quería gastar dinero en el juego, quería llevar una vida mejor. Pero le compró un billete de los que se rasca el premio. Y le tocó: 1 millón de dólares. Un día después de certificar la validez del mismo, moría.
«Es bastante inusual», declaró el médico examinador del condado de Cook Stephen Cina, al comentar este hecho a AP. También añadió que entre las 4,500 autopsias que ha realizado sólo una o dos han podido ser por intoxicación de cianuro. Desde la oficina del médico forense trasmiten que no se llevó a cabo una autopsia porque a las personas mayores de 45 cuya muerte no resulte sospechosa no se le realiza.
Khan. que era dueño de una tienda de limpieza, tenía pensado destinar una parte de las ganancias a su negocio y, también, donar otra parte a un hospital de niños. El premio, que iba a ser cobrado el 15 de agosto, alcanzaba tras la reducción de tasas y su modo de cobro los 425,000 dólares.