El ataque se produjo luego de que las fuerzas de defensa aérea de Arabia Saudí interceptaran dos drones lanzados por los insurgentes del movimiento Ansar Allah, parte de los hutíes, sobre la base aérea militar en la frontera sur saudí.
Según el portavoz de la coalición árabe que actúa en Yemen, Turki Maliki, uno de los proyectiles lanzados impactó en la zona de llegadas del aeropuerto provocando heridas a los civiles entre los cuales hay ciudadanos de Arabia Saudí, la India y Yemen.
La coalición advirtió que "tomará medidas rigurosas y urgentes" para garantizar la seguridad de los civiles y de la infraestructura civil.
Yemen, una pequeña nación en el sur de la península arábiga, se ha visto envuelta en un conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales, encabezas por el presidente Abdrabuh Mansour Hadi, y el movimiento rebelde hutí durante varios años.
Una coalición liderada por Arabia Saudí ha estado llevando a cabo ataques aéreos contra los hutíes a petición de Hadi desde marzo de 2015. El conflicto ha provocado una crisis humanitaria masiva en el país devastado por la guerra.
Mohamed Abdul Dalam, portavoz oficial de los hutíes, declaró en su cuenta de Twitter que “paralizar los aeropuertos de Arabia Saudí es el camino más corto para levantar el bloqueo impuesto por la coalición sobre el aeropuerto de Sana”. El mes pasado la fuerza aérea saudí derribó un avión no tripulado enviado por los rebeldes para atacar el aeropuerto de Jizan, también cercano a la frontera, y las “nuevas sorpresas” anunciadas tras el ataque contra Abha podrían consistir en nuevas operaciones contra aeropuertos, según diferentes analistas.
Mohammed al-Attab, corresponsal de Al Yasira en la capital yemení, aseguró que este misil demuestra que los constantes bombardeos de Arabia Saudí han sido incapaces de acabar con el programa balístico de los rebeldes. Hussein Bukhati, periodista cercano a los hutíes consultado por este mismo canal, habló de la puesta en marcha de una estrategia de “ojo por ojo” y recordó las miles de víctimas civiles que han provocado los aviones saudíes en los últimos tres años en los que se han bombardeado escuelas, mercados, hospitales y hasta bodas. Según los datos de Naciones Unidas, la guerra deja ya más de 7.000 muertos y 11.000 heridos y el 65 por ciento de los fallecidos son víctimas de las operaciones aéreas de la coalición que lidera el Gobierno de Riad.