La idea era sencilla y tenía mucho potencial, ya que permitía a las personas conectar de una manera rápida y barata con la marca. Lanzada para el público estadounidense, en la página web de la empresa se podía escoger por 6 dólares el producto a personalizar, seleccionar un tema de fondo y sustituir el nombre de la compañía por el propio o incluso por una frase.

Sin embargo, no contaron con la astucia y creatividad de los usuarios o que compartirían sus ocurrencias en redes sociales.
Así, rápidamente las personas se dieron cuenta de que ciertas palabras como Hitler, Nazi o la frase odio a los gays, habían sido bloqueadas. A pesar de que esta decisión se puede fácilmente justificar, otras expresiones prohibidas, como Palestina o Black Lives Matter, han causado asombro.

Tambén, a pesar de que México es uno de los principales consumidores de la marca, no es posible personalizar la etiqueta con la palabra México.

Para completar, algunos quisieron probar con la frase White Lives Matter (las vidas de los blancos importan, en español), solo para encontrar que esta sí pasaba la prueba. Además, Soy Hitler, o Soy un nazi, también son opciones válidas.

Este no es el único problema de imagen que ha tenido Coca Cola este mes. Durante una rueda de prensa en Budapest, previa al encuentro entre Portugal y Hungría en la Eurocopa, Cristiano Ronaldo apartó con desprecio dos botellas de la bebida gaseosa, para después tomar una botella de agua mientras murmuraba: "Bebe agua".

Por cierto, tampoco es posible personalizar la botella con Cristiano Ronaldo o CR7.