La operación contra el buque se llevó a cabo luego de que la tripulación ignorara las advertencias de los hutíes, aclaró Sarea, aseverando que las Fuerzas Armadas de Yemen, como se autodenominan los rebeldes, "seguirán impidiendo que los buques israelíes o aquellos que se dirijan a los puertos de la Palestina ocupada naveguen por el mar Rojo y Arábigo" hasta que a la Franja de Gaza lleguen los suministros de alimentos y medicamentos.
El vocero de las milicias hutíes agregó que "cualquier agresión estadounidense no quedará sin respuesta o castigo". Tras instar a EE.UU. y sus aliados a que se abstengan de acciones o ataques que tengan como objetivo proteger los buques comerciales que van hacia Israel, Sarea aseguró que los hutíes no obstaculizan el tráfico marítimo hacia otros destinos, "salvo los puertos de la Palestina ocupada".
El incremento de los ataques de los hutíes contra los cargueros y buques cisterna que navegan por los mares Rojo y Arábigo obligó a las navieras a suspender las operaciones en la zona o modificar las rutas para evitar el paso por las cercanías de las costas yemeníes.
La ruta más segura es la que bordea el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, pero es más costosa y alarga los viajes al suponer miles de kilómetros adicionales en los trayectos entre Europa y Asia.
Subrayó que las fuerzas yemeníes seguirán bloqueando el paso de barcos de propiedad israelí y con destino a Israel en el Mar Rojo y el Mar Arábigo hasta que los palestinos en Gaza reciban los alimentos y medicinas que necesitan.
Sarii señaló que las Fuerzas Armadas de Yemen seguirán permitiendo que todas las compañías navieras internacionales naveguen con sus barcos en aguas de ambos mares, excepto los buques con destino a puertos en los territorios ocupados por Israel.
Esta fue la última de las operaciones de represalia de Yemen en apoyo de los palestinos en la Franja de Gaza en medio de implacables ataques israelíes.