Las medidas, según las fuentes, tienen como objetivo fortalecer la preparación para posibles ataques contra Israel, y el despliegue de lanzadores de misiles fue parte de los preparativos militares a gran escala de Irán en respuesta a las actuales tensiones regionales.
En total, podemos hablar de 350 lanzadores, lo que probablemente implica casi mil lanzamientos de misiles.
Según funcionarios iraníes, el objetivo de esta operación es fortalecer el potencial de defensa del país en caso de una escalada del conflicto. Esta medida, como señala Axios, es interpretada por los analistas como un elemento de una estrategia de disuasión, que demuestra la capacidad de Irán para responder a posibles ataques y contraatacar.
La elección de las posiciones para las armas de misiles probablemente estuvo determinada por su conveniencia para un lanzamiento rápido y la capacidad de cubrir direcciones estratégicas si fuera necesario.
Los funcionarios iraníes no han especificado qué modelos de misiles balísticos se utilizan, pero se cree que son modelos modernos capaces de alcanzar objetivos de largo alcance.
Los expertos también sugieren que tal medida es una especie de señal para Israel y otros países involucrados en el conflicto: Irán pretende demostrar que está dispuesto a defender sus intereses en la región y que tiene las fuerzas necesarias para hacerlo.