En rueda de prensa, ha anunciado que en los próximos días delinquirá, que robará para subsistir. Ha explicado que no tiene recursos, que con el tiempo que cotizó mientras estuvo en activo no fue suficiente, y que pese a ello tiene que pagar el 40 por ciento de los medicamentos que toma, y son muchos: entre 15 y 19 pastillas al día que le cuestan unos 100 euros al mes.
Arrastra las consecuencias de un cáncer que sufrió cuando tenía 15 años, y esos problemas de salud -explicó- le obligaron a tener que dejar de trabajar hace seis años. A mediados del año pasado su estado se complicó y tuvo que ser operado de corazón de forma urgente. Por entonces no sólo se agravó su estado de salud, sino también su ya precaria situación económica, porque en julio del año pasado dejó de percibir el Ingreso Aragonés de Inserción, los 400 euros que paga la Comunidad autónoma a personas con muy bajos recursos.
El problema es que el Ingreso Aragonés de Inserción no es indefinido. Sí se puede pedir su renovación, y lo hizo. Explicó que, a mediados del año pasado, la trabajadora social que le atendió le dijo que tenía derecho a continuar cobrando esa renta social, pero afirma el ex-juez que por errores en el servicio no le fue renovada y que el trámite está bloqueado.
Ángel Tolosana asegura que, ante esta situación, convertirse en delincuente es su última salida para sobrevivir. «O pago o me muero», afirma, a la par que considera «injusta e inconstitucional» una normativa por la que alguien como él, sin ingresos, se ve obligado a pagar el 40 por ciento de los medicamentos que debe tomar «para vivir».
En la rueda de prensa ha subrayado que su situación es dramática y que el Estado, al que ha lanzado públicamente una «llamada de socorro», es el que debe aportar una solución ante un caso extremo como es el suyo. Ha recordado que la salud es un derecho esencial reconocido por la Constitución y por el Estatuto de Autonomía de Aragón.
Afirma que las pastillas que le quedan le dan sólo para llegar a este fin de semana. Si la Administración no le da una solución inmediata, insiste en que robará para subsistir. Será, ha explicado este ex-juez, lo que la legislación tipifica como hurto por «estado de necesidad». Pero, según ha dicho, será también algo más que eso, será una voz de rebeldía ante una normativa que no ampara a quien nada tiene en algo tan elemental como es la salud: «Quiero convertirme en el adalid del cambio de una norma injusta, quiero que esta norma vergonzante sea cambiada inmediatamente».