Según Reuters, el ataque, atribuido a los hutíes, respaldados por Irán, se llevó a cabo con drones navales, lanzacohetes y cuatro lanchas rápidas.
Como resultado del ataque, dos tripulantes resultaron gravemente heridos y otros dos figuran como desaparecidos.
La superestructura del buque, incluido el puente, y los sistemas de comunicación sufrieron graves daños, lo que provocó que el Eternity C se desplazara a la deriva.
La operadora del buque, la empresa griega Cosmoship Management, confirmó que había 22 personas a bordo: 21 filipinos y un ruso, así como tres guardias armados de origen indio.
Este es el segundo ataque de los hutíes contra buques mercantes en el Mar Rojo en las últimas 48 horas. El día anterior, el 6 de julio, los hutíes atacaron otro carguero griego, el Magic Seas, también de bandera liberiana, que se hundió tras ser alcanzado por drones, lanzacohetes y armas pequeñas.
Según The Times of Israel, la tripulación del Magic Seas, compuesta por 23 personas, fue evacuada, mientras que el barco, que transportaba hierro y fertilizantes de China a Turquía, sufrió daños graves y comenzó a hundirse.
Los hutíes afirmaron que el ataque se debió a las conexiones del buque con puertos israelíes. Los ataques hutíes se han reanudado tras siete meses de pausa desde el alto el fuego de mayo de 2025, negociado por Estados Unidos, que no incluyó a Israel.
Según Lloyd's List, el ataque a Eternity C se produjo el mismo día en que Israel lanzó ataques aéreos contra los puertos de Hodeida, Ras Isa, al-Salif y la central eléctrica de Ras al-Khatib en respuesta al lanzamiento de cohetes hutíes.
Estos ataques fueron la primera acción militar israelí en Yemen en un mes. Los hutíes, que controlan amplias zonas de Yemen, han descrito sus acciones como un acto de solidaridad con los palestinos de la Franja de Gaza, donde Israel y Hamás mantienen un conflicto desde octubre de 2023.