Funcionarios estadounidenses han advertido que la operación está entrando en una nueva fase.

Un despliegue naval de esta magnitud no se ha visto desde la invasión de Panamá en 1989.

Para aumentar la incertidumbre, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) recomendó a los pilotos civiles actuar con cautela debido al deterioro de la seguridad y al aumento de la actividad militar en Venezuela y sus alrededores. Como resultado, varias aerolíneas han cancelado vuelos al país.

En respuesta, las autoridades venezolanas han intensificado los ejercicios con las fuerzas terrestres, aéreas, navales y reservistas.

El presidente Nicolás Maduro ordenó personalmente estos ejercicios como parte de la estrategia cívico-militar nacional, el Plan Independencia 200, que integra fuerzas regulares, policías y milicias.

Las Fuerzas Armadas de Venezuela cuentan con aproximadamente 123,000 efectivos activos, a los que se suman más de 220,000 milicianos bolivarianas y reservistas.

Esta fuerza civil de reserva, establecida por el difunto presidente Hugo Chávez, según Maduro, está compuesta por más de 8 millones de personas. En caso de una invasión estadounidense, Maduro ha declarado que declarará constitucionalmente una república armada.