un quinto de los que estaban en activo. El virus empleado escapó de Natanz en 2010, se replicó en la Red aprovechando un fallo en el sistema operativo Windows y fue bautizado por los expertos en seguridad como Stuxnet.
El New York Times reveló este viernes la existencia de ese programa de ciberataques, bautizado por la Administración de George W. Bush como operación Juegos Olímpicos. Se detalla además en un libro de próxima publicación, titulado ‘Confrontación y ocultación: las guerras secretas y el sorprendente uso del poder americano de Obama’, del escritor David Sanger.
La idea de atacar a Irán por internet surgió en 2006, como un recurso secreto y de bajo perfil, después de las oleadas de críticas recibidas por la Casa Blanca a causa de la invasión de Irak. Primero, un programa subrepticio se infiltró en la redes informáticas de Natanz, para enviar información de su funcionamiento a la Agencia de Seguridad Nacional, especializada en técnicas de espionaje. Con esos datos, EE UU diseñó el virus, con la ayuda de Israel.
Cuando Obama tomó el relevo de Bush, éste le animó, en una reunión secreta, a que mantuviera los ataques, por dos motivos: eran efectivos en ralentizar el programa nuclear de Irán y evitaban que Israel considerara un ataque contra Teherán de forma inmediata, algo que podría desestabilizar aun más el delicado equilibrio de Oriente Próximo. El actual presidente le hizo caso, e incluso intensificó los ataques. En primavera de 2010, el troyano llegó a inhabilitar los 1.000 centrifugadores.
Según pudo saber la inteligencia norteamericana, a través de comunicaciones interceptadas, los responsables del programa nuclear iraní no sabían qué estaba sucediendo en Natanz cuando el virus comenzó a atacar a los centrifugadores, en 2008. Éstos comenzaron a operar defectuosamente, con demasiada rapidez o demasiada lentitud. Eventualmente pusieron en cuarentena una buena parte de su equipamiento y despidieron a algunos de los técnicos, sospechando un sabotaje. Finalmente, pudo identificar a Stuxnet, que en ese momento ya estaba fuera de control, incluso para las autoridades norteamericanas.
En verano de 2010, por un error de programación, el troyano infectó el ordenador portátil de un científico iraní, que lo difundió involuntariamente por la Red. Los medios de todo el mundo se hicieron eco de él en 2010, y lo bautizaron como Stuxnet, mientras infectaba a miles de computadoras en Irán, Indonesia, India y EE UU, entre otras naciones.
EE UU no reconoció, hasta hace algunos meses, que está desarrollando armas de ataque en Internet. Hasta la fecha, sin embargo, no ha admitido su uso. El Times ha recabado esa información a lo largo de 18 meses de entrevistas a altos funcionarios norteamericanos, bajo condición de anonimato. Según estos, la intención de la Casa Blanca era evitar que Teherán pudiera llegar a desarrollar una capacidad de ataque nuclear en un futuro próximo.