La policía ha desmantelado una manufactura dedicada a falsificar ropa de marca en la que trabajaban alrededor de 200 personas sin permiso de residencia legal.
Además de elaborar las prendas de vestir, los detenidos, la mayoría de ellos de origen asiático, también vivían en las instalaciones en condiciones paupérrimas.
El taller oculto está construido bajo un mercado abandonado de la capital de Rusia. Los habitantes, que nunca salían al exterior, acondicionaron el sótano para que su vida fuese lo más 'agradable' posible: tenían un restaurante y una sala de juegos, según ha informado la agencia Atlas.
Esta es la última operación policial contra las mafias de inmigrantes indocumentados. La semana pasada casi 1.000 fueron detenidos en varias redadas.
La explotación laboral está siendo motivo de alarma en la comunidad internacional. El debate entre la opinión pública está al rojo vivo desde que el pasado abril el derrumbe de un edificio en el que se encontraba un taller de ropa en Bangladesh acabase con la vida de más de un millar de personas.
La catástrofe descubrió 'los talleres de la miseria', una serie de fábricas superpobladas con mano de obra barata que mantenía a sus trabajadores en condiciones insalubres