Este movimiento se produce después de que el consejo militar egipcio se haya reunido con caracter de urgencia, según ha confirmado una fuente militar a la agencia de noticias británica Reuters. El jefe de las Fuerzas Armadas de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, preside el encuentro y por la tarde emitirá un mensaje. El encuentro tiene lugar horas antes de que a las 17:00 finalice el ultimátum de 48 horas dado por el Ejército al presidente islamista Mohamed Morsi, elegido democráticamente hace un año, para que de respuesta a las demandas de los manifestantes, que desde el viernes pasado han salido a las calles de Egipto reclamando un cambio de Gobierno, y acuerde compartir el poder con la oposición. La fuente militar ha confirmado que a la reunión asisten los comandantes de más peso de las fuerzas armadas del país árabe.
Al presidente de Egipto, Mohamed Morsi, le queda apenas una hora, hasta las cinco de la tarde de este miércoles, para integrar a las fuerzas opositoras en su Gobierno o se enfrentará a una intervención del Ejército que, según fuentes militares, tiene la intención de deponerle e iniciar un proceso de transición de entre nueve y 12 meses en el que se redactará una nueva constitución y se convocarán nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales. La oposición, sin embargo, ha dicho que el tiempo de pactos ha quedado ya atrás.
La prensa de Egipto ha dado ya por acabada la breve era Morsi. Los medios oficiales se han visto ya libres del control de los Hermanos Musulmanes, la sociedad en cuyo brazo político militaba Morsi, y del Gobierno. El rotativo estatal Al Ahram titulaba: “Dimisión o cese hoy”. Al Watan titulaba: “El final”. La televisión pública ha emitido tanto el comunicado del Ejército del lunes en que le dio el ultimátum a Morsi e imágenes de las multitudes que claman contra Morsi grabadas desde los helicópteros militares.
Incluso el grupo Gama al Islamiya, el socio más extremista del espectro islámico con el que cuenta Morsi, ha exigido este miércoles al Gobierno que abra la vía para celebrar elecciones presidenciales anticipadas, para evitar de ese modo más violencia y un golpe de Estado. “Un traspaso pacífico y constitucional de poder nos ahorrará el vertido de más sangre”, ha dicho su portavoz, Tarek al Zumar, a Reuters.
Morsi, completamente aislado, dijo en un discurso televisado anoche que la búsqueda de consenso no ha funcionado, y que está dispuesto a derramar su sangre para defender su legitimidad. Incrementando al máximo la tensión política y en las calles, las fuerzas armadas han respondido con un comunicado que también darán su sangre “por Egipto y por su ciudadanía contra cada terrorista, extremista o persona ignorante”.
En preparación para el plazo dado por el Ejército, el movimiento popular opositor Tamarod (Rebélate en árabe) ha pedido a sus simpatizantes que a partir de las cuatro de la tarde acudan al palacio de Al Quba, donde se ha estado alojando Morsi hoy. Tamarod ha sido el instigador de estas protestas, que comenzaron el domingo, cuando se cumplió un año de la investidura de Morsi. Dice tener en su poder más de 22 millones de firmas pidiendo la marcha del presidente. Hay también concentraciones en la plaza de Tahrir, centro de las protestas que depusieron a Hosni Mubarak en 2011, y en el palacio oficial de la presidencia en Heliópolis. Anoche hubo enfrentamientos entre defensores y detractores del presidente hasta la madrugada, con 23 fallecidos en un enfrentamiento con armas de fuego en la universidad de El Cairo en la localidad de Giza, en la zona metropolitana de El Cairo.
El ultimátum no ha amedrentado a Morsi, que dio un desafiante discurso en la noche de ayer en el que defendió su legitimidad, recordó que ha ganado unas elecciones justas. “Si proteger esa legitimidad requiere que de mi propia sangre, estoy dispuesto a hacerlo”, dijo el presidente, visiblemente nervioso y, a ratos, irritado. “Cuando llamamos a la jihad lo hacemos contra los enemigos de esta nación. Nunca llamamos a la jihad de unos contra otros”, añadió el presidente, que también llamó a sus seguidores a no agredir al Ejército o a la policía. Decenas de miles de personas, sin embargo, se han atrincherado en las inmediaciones de la mezquita de Rabia al Adawiya, en el distrito de Ciudad Naser, armados con palos, bates y cadenas.
El Ejército ha dado indicaciones de que, si Morsi no atiende sus exigencias, le depondrá y abrirá un plazo de hasta un año en el que un Gobierno de transición liderará un proceso en que se sustituirá la constitución islamista aprobada por Morsi el año pasado y se renovarán los poderes ejecutivo y legislativo en las urnas. En 2011 las fuerzas armadas ya tomaron el poder, después de al caída de Mubarak, durante 16 meses, un periodo que acabó con las elecciones que ganó Morsi con el 51% de los votos, 13,2 millones de papeletas.
En la madrugada, las fuerzas armadas difundieron un comunicado de respuesta en la red social de Facebook que tituló significativamente “Las Horas Finales”. “El Comandante General de las Fuerzas Armadas [general Abdel Fatah al Sisi] ha dicho que es más honorable para nosotros morir por el pueblo egipcio que ser amenazados o aterrorizados”, dijo. “Juramos por dios que sacrificaremos nuestra sangre por Egipto y por su ciudadanía contra cada terrorista, extremista o persona ignorante”.